tag:blogger.com,1999:blog-5154317039928876852024-03-13T11:16:31.932-07:00Responsabilidad y ÉticaUnknownnoreply@blogger.comBlogger8125tag:blogger.com,1999:blog-515431703992887685.post-13995385641806597492010-11-24T17:49:00.000-08:002010-11-30T18:38:55.035-08:00Clase 5<b>La ética y lo trágico. Ética del sujeto y estatuto del inconsciente. Etica y silencio. La sublimación. La invención</b><br />
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Los imposibles freudianos no incluyen al arte. Hay un aire de familia entre el objeto de arte y la imposibilidad o el sin sentido. Parece que Freud sabía esto. No es el mismo estatuto que pensó para la Pedagogía, la política o la religión. El arte no forma parte de esa serie. Freud tenía una aproximación científica a la existencia, era un científico (aunque su escritura la podemos considerar desde la óptica de una poética, no obstante).<br />
Por otro lado, Lacan y su posición en relación al arte. Lacan, no era un científico sino más bien un médico que trascendió la fuertísima tradición positivista de la psiquiatría francesa (no olvidemos la admiración hacia su maestro de Clérambault, la relación con Henry Ey, los estrechos lazos con el dispositivo de presentación de enfermos que conservó siempre, etc.), para hacer otra cosa, para fundar otra clínica.<br />
Lacan amaba el arte. En sus años de juventud tomó contacto con poetas surrealistas como André Bretón entre otros. La referencia al arte en Lacan es permanente, se mantuvo a lo largo de toda su enseñanza. Y, por otro lado, su posición antimetafísica, es decir su antifilosofía. <br />
Entonces el discurso analítico instala un campo de saber que linda con otros discursos, con la ciencia, con la religión, con la política, con la filosofía y... con el arte. Vamos a tomar este sesgo, la relación del arte (acá hay que ser muy precisos) con el psicoanálisis. <br />
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Voy a trabajar algunas referencias, como un artículo de François Regnault "El arte según Lacan", otro de Guillermo Belaga "El síntoma como una metáfora del arte", y un breve artículo de Alejandro Ariel "Reflexiones sobre el arte"´.<br />
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Situamos el arte como acto, no en tanto una práctica de la cual habría que dar cuenta desde una cosmovisión analítica. A veces los analistas solemos caer en la impostura de pretender explicar qué se vio en una película, en una obra de teatro, en una novela, etc. No se trata de caer en esa tentación. Como dice Ariel en "El estilo y el acto": <br />
"No se trata de aquí de hablar de arte, sino de hacerle caso, de soportar sus consecuencias. No se trata aquí de hablar de psicoanálisis, de indigestarlos, sino de soportar sus consecuencias y escribir". Escribir, dice Ariel, una letra, es arriesgarse a poner una letra en el medio de la comedia de la vida de todos los días. <br />
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También podríamos ser un poco taoístas y decir que el objeto de arte deja una escritura en el medio del Vacío, teniendo al Vacío mismo como condición. O podemos pensar, con Heidegger, que el arte no es un usuario del Espacio, lo funda. Hay un neologismo heideggeriano para esto: "espaciar", la obra de arte "espacia", pone el espacio ahí donde no lo hay. <br />
<br />
Esta vecindad con el vacío es clave. Lacan lo nombra en el Seminario la Etica donde sitúa el vacío como condición de la sublimación y esta en relación a la Cosa (das Ding). Esto está muy bien desarrollado en el libro de F Regnault.<br />
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"La religión consiste en todos los modos de evitar ese vacío". La religión respeta ese vacío, pero "de todos modos ese vacío está en el centro y, precisamente por esto, se trata de sublimación".<br />
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En ese pasaje que cita de Lacan, hay una aproximación al arte, la religión y la ciencia a partir del vacío. <br />
<br />
O sea tenemos en estas consideraciones, algunos elementos: la Cosa, la pulsión (ya estamos hablando de uno de sus destinos, como pensaba Freud, la sublimación) y el Vacío. Y si se sitúa la pulsión se sitúa también el goce.<br />
<br />
Podemos ser aún más topólogos en nuestra aproximación y hablar de agujero. "El arte organiza el agujero", dice Regnault.<br />
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Pero se pregunta también qué es la Cosa, cual su función y la relación con el Vacío.<br />
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La Cosa, el das Ding freudiano del Proyecto y que Lacan trabaja en el Seminario VII, es el objeto perdido de la estructura. Su función es fundante. Funda también el Campo Freudiano. Aunque la lectura de Regnault no sitúa a la Cosa como el objeto perdido sino entre lo real y el significante. Y agrega dos cosas:<br />
<br />
Si la Cosa es representada por el Vacío, tenemos lo real, la lógica.<br />
Si la Cosa es representada por otra cosa, estamos del lado de la representación, tenemos el arte.<br />
<br />
En el primer caso: deriva en variaciones teológicas sobre lo ex nihilo, por ejemplo. O podemos hablar del significante faltante, o del numero cero como condición de la serie de números naturales. O podemos hablar de topología, del agujero, etc. Esto, insisto, está en Regnault.<br />
<br />
Ahora, en el segundo caso, sitúa "lo que hace agujero en lo real, el nombre, el Nombre-del-Padre... Y , a continuación, el significante". Regnault recorta en esta parte del texto varios pasajes del Seminario RSI que hacen mención al significante que hace agujero, etc. <br />
<br />
Entonces:<br />
El tema del Vacío es central. Vacío y silencio y más adelante, el nudo borromeo.<br />
El silencio es la Voz del Vacío, podemos decir no sin un poco de poesía. Acá, en este punto, o podemos estudiar a las místicas, o el Tao, o a Heidegger o a Lacan y nos podemos pasar toda una vida sobre el mismo punto y con la sensación de no haber avanzado un centímetro. Por suerte, también están los poetas, los cineastas, los pintores, los artistas quienes también articulan su propio discurso en torno al Vacío y hacen algo con eso: una escritura.<br />
<br />
Para Lacan el arte es un objeto de admiración, cortés, si lo que se acentúa es su condición de imposible. Si esa Cosa es un pecado, hay religión y si esa Cosa remite a la pura cosa, el arte.<br />
<br />
Nada de metafísica entonces en el objeto de arte, dado que la letra misma es lo que ahi está escrito no necesita de ningún sistema para ser situado. Para la obra tampoco hay metalenguaje. Sin embargo, el arte enseña. El artista está antes. Organiza lo que el concepto no sitúa. Lacan se preguntaba cómo concebir una ciencia que incluya el psicoanálisis y que incluya al arte. <br />
<br />
Es Nietzsche en el “El origen de la tragedia” que nos enseña que el arte es una modalidad de soportar la verdad de la existencia. “Solo el arte nos salva de morir por la verdad. Debemos considerar la ciencia con la óptica del artista y el arte con la óptica de la vida”. <br />
<br />
Lacan es antifilosófico porque parte del agujero a diferencia de la tradición metafísica. Como Nietzsche, como Heidegger, piensa desde la fisura. Se sitúa en la grieta. Ahí no puede haber ningún Hegel, ningún sistema. Solo hay agujero. Metafísica cero. Hay vacío, agujero. <br />
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Por tanto no se trata de explicar al arte, sino de situar su dimensión sagrada (como resguardo de eso sagrado propio del sujeto hablante) y su dimensión de misterio.<br />
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El arte es la vía por donde la Voz de un hombre puede escribir algo que no es para todos, que es de Uno. El objeto de arte linda con la Cosa.<br />
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Voy a tomar un apartado del artículo de G Belaga, el Punto 2 (Efectos de creación en el recorrido de una cura y/o en el final de un análisis, e invención ante la inexistencia de LA Mujer).<br />
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Belaga sitúa la sublimación como un concepto que Lacan trabaja en el Seminario IV como desubjetivación del Otro, a partir de una lectura de Leonardo Da Vinci y que “bajo una forma más o menos acentuada según la mayor o menor perfección de tal sublimación, una inversión de las relaciones entre el yo y el otro”. En la creación, "el ser halla una posibilidad fundamental de olvido en el yo imaginario."<br />
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Este es un modo de sublimar diferente al propuesto por la salida de un psicoanálisis, donde lo que se sitúa es también un olvido de sí pero al modo de la destitución subjetiva. Podemos pensar que el lazo que hace el sujeto al final de un análisis es un lazo con el Vacío. El matema es el S(A/). Entonces este punto es sin garantías, dado que el Otro se hace equivalente al agujero mismo.<br />
<br />
El arte, como indica Regnault, está en el lugar de la dama en el amor cortes, el lugar de la privación y de lo inaccesible, por un lado.<br />
Entonces, siguiendo a este autor y como bien lo sitúa Belaga en su artículo, "....el campo freudiano es el campo que supone que lo que recibe el nombre del vacío es la Cosa. Y de esta, como causa pathómenon, podemos declinar considerando el Nombre-del-Padre y lo innombrable de la madre, tres consecuencias: si se interpreta como pecado, tenemos religión: como relación imposible, el amor cortés. Y por último, como pura cosa, el arte."<br />
<br />
Hay un artículo de Heidegger que se llama "La cosa" y habla de esto, también del Vacío. Si pueden léanlo, porque les va a enseñar algo respecto a la clínica. Las reververancias con Lacan son innumerables y diseminadas por todo el texto.<br />
<br />
Entonces el Nombre-del-Padre, es un límite, que ordena, nominando, pero no llega al hueso de lo real. Solo lo señala y hace algo con eso. No hay invención. No hay salto. No hay comercio con el Vacío. Solo el nombre, no el trazo. El Vacío acá está todavía velado por algún semblante, el del Nombre-del-Padre, en este caso.<br />
<br />
"En cambio, en lo particular, la invención se encarna en una pincelada, en un gesto de la mujer en que se cree, lo que conlleva una inscripción del goce, y presentifica otra relación al objeto pulsional que se presenta en exceso, más allá de la castración. Trazo y vacío, enmarcados por el significante que ya no son parte de la combinatoria del Otro, en otras palabras, se alcanza a crear una metáfora de la metonimia familiar"<br />
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<br />
En cambio el Vacío hace que el pintor pueda dejar la marca de un trazo único.<br />
<br />
Todas estas consideraciones conceptuales está soportadas del "No hay relación sexual "como principal operador. <br />
Ya vimos que el semblante homogéneo que nos ofrece el capitalismo como modo casi hegemónico es el de un discurso único, sin fisura, sin corte y donde el plus-de-goce se anuda al discurso de la técnica y la ciencia en una alianza inquietante atravesada por la pulsión de muerte como dominante. <br />
Los medios de comunicación, los objetos de todo tipo, las drogas, los objetos tecnológicos, la saturación sensorial de los medios, etc., incluso la nada misma como dice Belaga, nos indican la inadecuación freudiana de la pulsión con el objeto.<br />
Puede el arte ofrecerse como una vía por donde pensar una posible salida a esta encrucijada inquietante a la que nos conduce el discurso capitalista? No se trataría de hacer la revolución haciendo obras de arte o convirtiéndonos en anti filósofos lacanianos. <br />
<br />
De lo que se trata, es de considerar vías de satisfacción pulsional teniendo en cuenta que el Vacío está en el fundamento y que la pulsión de muerte es una instancia con la que hay que negociar, una instancia que no puede eludirse. <br />
<br />
Podríamos proponer una lectura al ras de nuestra época, ultra tecnificada, del artículo “Serenidad” de Heidegger, donde propone eso que el llama Gelassenheit, serenidad en torno al objeto técnico como condición de una modalidad que dice que "si" al mundo técnico, dado que no se puede negar su existencia, pero que también le dice 'no', manteniéndonos libres de ellos. “Podemos usar los objetos tal como deben ser aceptados. Pero podemos, al mismo tiempo, dejar que esos objetos descansen en sí, como algo que en lo más íntimo de nosotros mismos no nos concierne. Podemos decir 'si' al inevitable uso de los objetos técnicos y podemos a la vez decirles 'no' en la medida en que rehusamos que nos requieran de modo tan exclusivo, que dobleguen, confundan y, finalmente, devasten nuestra esencia"<br />
<br />
Habitar (que como escribe en Construir-habitar-pensar, habitar la tierra natal es un acto condición del pensar, del pensar meditativo) la propia singularidad y desde ahí decidir por el si o por el no, de manera heideggeriana, es una modalidad de salida. ¿Cuál es la tierra natal del parletre?<br />
<br />
Porque es una pregunta por el suelo natal del sujeto, una pregunta por cuál es el arraigo del sujeto si ya no es el reconocimiento, de emancipación? Cuál es el suelo natal del sujeto si el suelo natal no es el objeto de la pulsión, ni la comunidad, ni el saber, ni la tecnología, ni los medios de difusión, ni las neurociencias, ni la droga. Dónde reside, dónde habita el sujeto?<br />
<br />
La pregunta por el suelo natal del sujeto nos conduce al lenguaje, pero también nos puede conducir al vacío y al trazo. También a la dimensión de la invención. La salida en este caso no sería por el lado de la angustia o de la desesperación.<br />
<br />
Una modalidad de situar alguna respuesta (me gusta más esta palabra que la palabra salida), apostar al propio análisis como una vía por donde ir abordando una creación propia, la de una narración propia que no se juegue en términos del Otro y si en la singular modalidad del sinthome "como invención particular del sujeto para darse a su propio modo de relación al sexo, y por lo tanto abierto a la variación y a la contingencia" (G Belaga)<br />
<br />
Dice Ernesto Sinatra en el articulo "El toxicómano es un sinvergüenza":<br />
<br />
"Esta respuesta [la de analizarse] quizás sólo sea para algunos, no para todos. Pero el no-todo que se configura de este modo seguramente es una salida más interesante que la propuesta por el discurso capitalista. <br />
La ética del psicoanálisis espera en este punto -es decir, en el final del análisis-, también, al analista. <br />
Desde esta perspectiva, el toxicómano adviene como un signo que define la época: él es el partenaire-síntoma del capitalismo pos-moderno. Él es quien, por excelencia, no se avergüenza de su goce, él es aquél que lo muestra hasta el extremo de inventarse un ser a partir de una nominación que le viene como anillo al dedo desde el Otro social para seguir gozando en el autismo tóxico. <br />
La apuesta analítica consiste en ofrecerle otra salida que la que ya ha elegido con la substancia tóxica del goce, pero para ello deberá avergonzarse como cualquiera, es decir, como cada analizante."<br />
Para terminar, cito el último párrafo del artículo de Belaga:<br />
<br />
"En conclusión, esta podría ser la apuesta ética/estética del psicoanálisis, una política del síntoma que encarna el encuentro de una narración, de un estilo de vida, que incluye el inventarse una relación con los otros -según los límites del fantasma particular-, inscripto en lo real. Orientada de esta manera nuestra práctica podría significar un aporte al debate sobre la comunidad", sobre el lazo que deviene de la técnica y el discurso capitalista, un saldo que se diferencie de esos dos productos descriptos en 1933 por Walter Benjamin, como formas de la barbarie, dicho de otra manera, el culto y el poder mortífero de la imagen y de la experiencia de inmediatez y/o de 'petrificación' del tiempo, del sacrificio, del odio a las diferencias. En suma, el psicoanálisis sería la posibilidad de inventar(se) otra respuesta frente a las imposiciones del superyó"<br />
<br />
Muchas gracias<br />
Julio Riveros<br />
<br />
Bibliografía<br />
<br />
F. Regnault, “El Arte según Lacan”, Cap 1, Pág 11-33, Editorial Atuel – EOLIA, Buenos Aires 1996.<br />
Guillermo Belaga, “El síntoma como una metáfora del arte”, http://saludmentalsanisidro.blogspot.com/2010/03/el-sintoma-como-una-metafora-del-arte.html<br />
Marzo de 2010.<br />
Alejandro Ariel, “El Estilo y el Acto”, pág. 190 a 196, Ediciones Manantial, Buenos Aires, 1994.<br />
<br />
Lao Tsé, “Tao te King”, Barral Editores, Barcelona, 1976<br />
“Construir-Habitar-Pensar”, Martín Heidegger, http://www.heideggeriana.com.ar/textos/construir_habitar_pensar.htm<br />
Martín Heidegger, “Serenidad”, <br />
http://www.heideggeriana.com.ar/textos/serenidad.htm<br />
Martin Heidegger, "El Arte y el Espacio"<br />
http://www.heideggeriana.com.ar/textos/arte_y_espacio.htm<br />
Martín Heidegger, "La Cosa"<br />
http://www.heideggeriana.com.ar/textos/la_cosa.htm<br />
Ernesto Sinatra, “El toxicómano es un sinvergüenza”<br />
http://virtualia.eol.org.ar/017/default.asp?dossier/sinatra.html<br />
Friedrich Nietzsche, “El origen de la Tragedia”, Siglo Veinte, Buenos Aires, 1989.<br />
Ernesto Sinatra, "El toxicómano es un sinvergüenza", Virtualia #17, http://virtualia.eol.org.ar/017/default.asp?dossier/sinatra.html<br />
J. Lacan, Seminario IV, La Relación de Objeto, Paidós, Buenos Aires, 2007.<br />
J. Lacan, Seminario VII, La Etica, Paidós, Buenos Aires, Buenos Aires, 1988.<br />
J. Lacan, Seminario XXIII, El Sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2006<br />
J. Lacan, Seminario XXIV, L’insú que sait de l’une-bevue s’aile a mourre", inéditoUnknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-515431703992887685.post-60820587306809265272010-11-16T09:28:00.000-08:002010-11-16T09:28:06.317-08:00Clase 4<div class="WordSection1"> <div class="MsoNormal"><b><span lang="ES-AR">El desfondamiento de las Instituciones. La pedagogía del aburrido<o:p></o:p></span></b></div><div class="MsoNormal"><b><span lang="ES-AR">¿Qué transmite la escuela hoy?<o:p></o:p></span></b></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><i><span lang="ES-AR">“Hay un solo malestar en la civilización: el discurso capitalista”<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Jorge Alemán, “Notas antifilosóficas”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><i><span lang="ES-AR" style="color: black;">“Desde el momento en que imaginamos una sociedad freudiana, ella se vuelve imposible. ¿Cuáles serían sus condiciones? Apostar al deseo sin garantías de que no se excluya el horizonte de la responsabilidad. Aceptar el carácter irreductible del deseo sin caer en la tentación del goce propio del mártir. Soportar la infelicidad contingente sin que se convierta en una desdicha necesaria. Saber perder sin identificarse con aquello que se ha perdido. Tener conciencia de la propia finitud, escapando a la fascinación de la cultura de la pulsión de muerte. En esta sociedad imposible habría lugar para la tragedia singular, pero no para la humillación planificada, encontraría lugar el dolor de existir, pero no la explotación de la fuerza de trabajo, se realizaría la voluntad de decir cualquier cosa y también la de callar, pero no en un silencio cobarde; estaría contemplado el ser extranjeros de sí mismos, pero no el desarraigo obligado para las multitudes.”</span><span lang="ES-AR"><o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.45pt; text-indent: -35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.45pt; text-indent: -35.45pt;"><span lang="ES-AR">Jorge Alemán, “Lacan, la política en cuestión…”, Pag. 43.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">I</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Voy a hacer algunas consideraciones generales sobre la época de mutación civilizatoria a la que estamos asistiendo.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Otro eje: a<span> </span>qué llaman fluidez Ignacio Lewkowicz en <i>“Pensar sin estado”</i> y del mismo autor junto a Cristina Corea del libro <i>“Pedagogía del aburrido”.</i></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Por último algunas preguntas sobre la enseñanza como tarea imposible, que como Uds. saben es una aserción freudiana. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esto último nos va a conducir a preguntas tales como cuál es la función de la escuela hoy, qué transmite, etc.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El siglo XX es un siglo de nominaciones. El acto de nominar, o sea de poner nombre, no es un acto inocente. Lo sabemos nosotros, analistas. Lo sabe un maestro, un filósofo, un poeta, lo sabe una madre. También lo sabe por ej. el Sr Magnetto. Sin ir más lejos, el kirchnerismo nos propuso algunos nombres: bicentenario, asignación universal por hijo, ley de medios, etc. Marcaron un campo, definieron un campo que ya es de todos, nos compete. Fue producto de una serie de actos, políticos.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Ahora bien, el riesgo de estas nominaciones es que se tornen inoperantes. No es este el caso actual, pero es un riesgo, propio de toda nominación. Alfonsín propuso uno, Tercer Movimiento Histórico. Fue inoperante, nadie lo recuerda. Hay otros que quedaron en la memoria: El día de la lealtad, 17 de Octubre de 1945. Quién no sabe de qué se trata? 24 de Marzo de 1976, quién lo puede ignorar? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es decir, nombres, nominaciones, acto de nombrar. Operaciones retóricas que fundan algo nuevo, fundan algo a un nivel no meramente descriptivo sino ontológico.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Claro que todo esto hay que pensarlo a la luz del concepto de Hegemonía.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Nuestra época es de una constante mutación civilizatoria. La época que nos precede estuvo atravesada por una representación sostenida en la lógica del padre, en la Institución, en la Familia, en el<span> </span>Padre, en la Ley, en el Edipo, todas solidarias, sucedáneas y consecuentes con la dialéctica del Estado, estado post revolución francesa, occidental y cristiano. Todos esos nombres dicen mucho. Es como para hacer un seminario con cada uno de ellos.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El problema es que se trata de una mutación acéfala, casi sin una dirección y expensas de la fluidez del capital financiero. Esto ya Lacan lo había señalado en muchos pasajes de su obra, por ejemplo en “La Proposición del 9 de Octubre”.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Tomemos sólo dos de los pilares de esa lógica. El Edipo y la Ley. Son mitos, mitos freudianos dice Lacan en el Seminario XVII. El Edipo es un sueño no analizado de Freud, con las consecuencias que eso tiene en términos de retorno, sobre todo en el orden clínico y hasta médico, diría yo. El otro, el de la Ley, Moisés, otro mito que Freud usa, pero que está agujereado. No es consistente, está agujereado, pero operó y vaya si como. Pero Lacan detecta que estos dos mitos, Edipo y Moisés, son sueños freudianos, y para colmo no analizados. El Padre como institución en Freud, es invariante. Su clínica no atravesó la frontera del Padre. Por eso,<span> </span>los atolladeros que hasta hoy hacen ruido con los conceptos de Escuela y Pase por ejemplo. Pero, ese es otro tema.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Un rasgo de la modernidad entonces, es el padre, el otro el estado burgués y la Ley. Puedo elegir otros, pero estos tienen que ver con la clínica y la política y por eso me interesan.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Estos fundamentos fueron socavados. Fueron mutando. El desierto fue creciendo y lo sigue haciendo. Por que había esa lógica o nada, por eso el desierto.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La Civilización entonces no es el versus de Naturaleza. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lewkowicz dice que el <i>homo faber,</i> el <i>homo castratus</i>, el hombre de trabajo y el hombre de la prohibición ya no ejercen en toda su extensión universal en la era del capital financiero que fluye, fluye y fluye. Se detiene en un lugar y luego se desplaza nuevamente. La era de la fluidez. Dónde anclar? Dónde establecer un punto de capitoné en esta fluidez?</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Nuestra sociedad ultra tecnificada y ultra cientificista, atravesada sin embargo por capitales financieros que no anclan en ningún estado nacional, está al borde de la dispersión. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lo vemos en Europa, por ejemplo o en EEUU. Hay ejemplos, muy actuales.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Entonces estamos en una disyuntiva crucial:</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">O es esta modalidad civilizatoria, la que acabo de describir, o la barbarie, la naturaleza.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">O es este paradigma tecno científico mercantilista y traficante de plus de goce o lo anómico, lo a-social.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esto es exactamente la fluidez.<span> </span>La escuela, la familia, organizaciones sociales, la universidad, el trabajo, los oficios, el arte, la clínica, todos dominios que están afectados por estas mutaciones.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Las mutaciones en sí, nada tienen de cuestionables a priori. La lógica Estado-Trabajo-Ley-Sociedades Organizadas, fue conmovida en sus fundamentos.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La humanidad misma y sus cimientos tradicionales fue conmovida. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La dominancia es ahora de la contingencia, no de la necesidad o de la previsibilidad.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Ahora, dice Lewkowicz, muy bien, que si el paradigma del lenguaje es la institución y lo que conmovió es la institución misma, lo que queda desfondado es el lenguaje mismo.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esto es un debate que hay que dar y no sé si es así. Es una pregunta, no una aserción.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El dice que dada esa condición la palabra fluye, insensata. Es grave en sí mismo, pero nosotros, nuestra subjetividad de Siglo XX viene conformada por los discursos y sus efectos, discursos de estado, discursos de dispositivos, etc., discursos. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Pero nosotros podemos decir que el lenguaje es anterior, en todo caso es anterior el discurso. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Con Lacan podemos afirmar que se trata primero de lenguaje y no de discurso.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Primero hay lenguaje luego discurso, no al revés.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En fluidez, dice el autor, los discursos son fragmentarios. Todo sucede con un máximo de contingencia. Esto también lo sostiene Jorge Alemán acerca del capitalismo mismo, que es contingente.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Al mutar el pilar de la Ley, las nociones de responsabilidad y castigo también han mutado. La irresponsabilidad es del que está solo, aislado, sin discurso y necesita de la responsabilidad de hacerse cargo de ese pathos para sobrevivir. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Por tanto, la responsabilidad advino una cuestión de existencia, condición de la existencia misma. La responsabilidad entonces ya no circula solo en el circuito jurídico-moral, es condición de existencia. La responsabilidad ya no es un predicado de la existencia sino algo que la hace posible. Si no configuro como sujeto responsable, no ante otro, no ante el Estado, no existo. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Si no configuro como sujeto responsable (¿ante quién? ante nadie), no existo. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esto equivale al terror de dejar de existir. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Cito a Lewkowicz: “hacerse responsable ante todo es hacerse. Estamos hechos con la materia de la responsabilidad. Esta operación de producción de existencia se entrama con los discursos, con los fragmentos, las prácticas, los otros, los cuerpos de los que nos hacemos a su vez responsables”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Entonces para Lewkowikz, la responsabilidad tiene consecuencias ontológicas.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Hay una diferencia muy interesante que hace el autor entre <b>hacerse cargo </b>y <b>hacerse responsable</b>.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Hacerse cargo: es soportar las consecuencias de un emprendimiento.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Hacerse responsable: son operaciones que inventan al sujeto.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Hay entonces, dos modalidades. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><u><span lang="ES-AR">Soportar- aguantar,-resistir:</span></u><span lang="ES-AR"> son modalidades del “hacerse cargo”.</span></div><div class="MsoNormal"><u><span lang="ES-AR">Habitar-inventar-afirmar:</span></u><span lang="ES-AR"> operaciones del “hacerse responsable”. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Con esto último se construye el sujeto, el sujeto que habita. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Con el hacerse cargo, solo se construye un héroe.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Con la noción de responsabilidad en el contexto de un Estado eclipsado, la respuesta no llega y el sujeto no responsable no es castigado en sí mismo sino simplemente no configura existencia.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Pensar sin Estado es sostener la convicción de que el funcionamiento subjetivo que ancla en el Estado Institución como garantía del acto, se ha extenuado.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esa lógica se ha extenuado.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Entonces, cómo pensar en este contexto la comunidad. Acá volvemos a las nociones que desarrollamos en las primeras reuniones. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lo que cambió, es el modo de producir el <i>nosotros</i>, ya que los agrupamientos proliferan en el desierto como contexto. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">De todos modos, nos queda la palabra, la conversación, los lazos contingentes no permanentes, aunque el contexto sea lo más parecido al desierto. No es poca cosa.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Estos diálogos que se producen en el vacío que deja a su paso el eclipsamiento del Estado Institución, son Encuentros, verdaderos Encuentros. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">II</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Una vez situado el Estado eclipsado, la contingencia como modalidad lógica, la fluidez, la responsabilidad como existenciario y la prevalencia de los encuentros contingentes, cómo pensar la comunidad educativa, los lazos que la escuela promueve o promovió históricamente</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Qué quiere decir educar? Qué quiere decir, que es una tarea imposible? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Qué quería decir Freud con esto?</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">No es lo mismo pensar el imposible de la educación en la Viena de ppios del siglo XX en Viena que pensarla en nuestra realidad, casi 120 años después. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Los imposibles que cada sistema produce no son los mismos.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Vamos a tratar de pensar esto que circula como un aforismo freudiano, veamos qué lógica está en juego en el mismo.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Que la tarea de educar o enseñar sea imposible y que Freud sostuviera esto, no quiere decir que no haya que intentar la enseñanza. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Cuando hablemos de imposibilidad,<span> </span>una manera de situarla es en los discursos mismos. Si recuerdan, entre los lugares de la Producción y el de la Verdad la relación que los articulaba era de imposibilidad.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El discurso capitalista, en relación a la imposibilidad: la borra. No hay imposibilidad en el Discurso Capitalista, lo cual equivale a elidir la pulsión, el goce, el sujeto, el inconsciente. El D Capitalista produce una transformación topológica radical para elidir la imposibilidad, subvirtiendo el esquema de vectores en un lazo sin solución de continuidad. Lo cual indica que no hay modo de subvertir al D del Capitalismo, por lo menos desde un nivel formal. Jorge Alemán dice que el capitalismo, no obstante esta reproducción sin corte que lo caracteriza, no es eterno, que es contingente.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Sitúo esta mención al Discurso Capitalista porque las preguntas que nos hacemos en relación a la ética y a la Responsabilidad y en relación al futuro del Psicoanálisis mismo, las estamos planteando en el contexto del capitalismo como modo de producción privilegiado, lo cual no deja de implicar al sujeto -ya vimos cómo queda ligada la función plus de gozar con el modo de producción capitalista y el imperativo de goce.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Freud estaba soportado, en casi todos sus textos, en una noción de ley sostenida en una lógica "para todos". Las leyes eran la moral civil traducida en leyes educativas, leyes jurídicas, sociales, etc. Esta lógica, la del "para todos" es una lógica que rechaza la singularidad. Lo singular pasa sólo como excepción. La educación entonces, nos referimos a los objetivos, si quieren muy racionales que puede trazar, por ejemplo, una política de Estado, un Ministerio, etc., esa racionalidad prescinde de la singularidad pero no porque los funcionarios son malas personas, sino porque es un efecto de discurso, discurso que sostiene en esa "lógica paratódica" si me permiten el neologismo. Ese “para todos” rechaza la singularidad en juego en cada niño, termina por ajustarse a ese para todos. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Pero, qué es esa singularidad? Se trata del encuentro con la lengua.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Este encuentro es siempre singular y no reproduce. Es singular, propio de cada Uno, pero además, como dice Jorge Alemán, es <b>común</b>. ¿Qué es <b>lo común</b>?</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es algo que está antes de toda moral pedagógica, antes que todos los dispositivos de enseñanza, antes de todos los dispositivos de control, disciplina y obediencia: el encuentro con la lengua, siempre traumático. Para constatar la huella freudiana de este acontecimiento, basta con remontarse a El Proyecto de una Psicología para Neurólogos o a la Carta 52 que escribe Freud a Fliess. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esa colisión traumática de <i>lalangue</i> con el viviente, deja una marca -en el cuerpo- un rasgo, inscribe una memoria que no borra, indeleble. Fijense que tiene que ver con al escritura. Se puede después discutir si el testimonio de esa <u>instilación</u> (Lacan usa esta palabra en La Conferencia sobre el Síntoma en Ginebra) del lenguaje es una marca, una huella, un signo, una letra, un significante-letra, etc. Lo que sí queda claro es que el lenguaje es el precedente primero. Está antes.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lacan en el Seminario XVII habla de la "gloria de la marca". Esa marca, esa escritura primera, es un trazo único, cuya función va a ser la de articular un lenguaje. Esto es muy importante. Es la estructura misma que se instila en el viviente para producir un sujeto del lenguaje. Esta lógica que queda evidenciada en la estructuración del sujeto, se reedita cada vez, en una sesión por ejemplo o en toda la dirección de la cura. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Por tanto, lo imposible va a ser equivalente a que, esa marca, testimonio del encuentro traumático con la lengua (materna), no es posible de asimilar o de incluir en una lógica paratódica. Este acontecimiento es <b>común</b> porque no se puede particularizar. Vale para cada uno, pero la modalidad de ese traumatismo es singular y única para cada uno. Lo <b>común</b> es el encuentro con la lengua para el ser parlante y sexuado, lo <b>común</b> en el <i>parlettre</i>.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lacan inventa ese neologismo <i>lalangue</i> para distinguirla del uso que hace de ella la lingüística. Y del lado de eso que inventa, del lado de <i>lalangue</i>, Lacan subraya el rasgo "no toda" de la <i>lalangue</i>.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Este encuentro con <i>l<span>alangue</span></i> es antes que todo dispositivo de enseñanza, eso queda claro también. Todo lo que viene después de esto, es un intento de gestionar ese encuentro y sus consecuencias. La educación, es la administración que gestiona las consecuencias de eso <b>común</b>. Eso que no entra en el para todos, que NO se puede subsumir en ninguna lógica universal, que es de cada Uno: </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es un resto -<b>imposible y necesario al mismo tiempo, </b>como diría Ernesto Laclau- que no puede ser absorbido por el proceso educativo. Ese encuentro entonces, cuando hay algo que no anda, se lo intenta evaluar, capturar por intermedio de expertos en educación, quienes insertan letras en eso que ven, en esos despliegues a veces dramáticos a nivel de la conducta y el cuerpo y se habla de trastornos, trastornos de aprendizaje, de conducta, de déficits, etc. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Se sitúan, no?</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Ahora, qué se hace con esto? No estoy diciendo que no haya que asignarles un lugar, que no haya que alojar estas "patologías". Estoy preguntando sobre <b><u>qué lugar darle a eso común singular</u></b> que se produjo en ese niño. Ese niño es un <i>parlettre</i>, abonado a la lengua y que articuló un lenguaje como saber, entonces, qué hacer con eso que no anda, con eso que no funciona bien? Es una discusión no saldada, un debate que está en el centro de la escena porque tiene que ver con el discurso contemporáneo de la Ciencia, la Técnica y los flujos de capital de la mano del costo/beneficio como criterio casi exclusivo.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Hay un interesante artículo de J. - A.<span> </span>Miller sobre esa vertiente del costo/beneficio y de evaluación, comités de ética, etc. que comandan actualmente los paradigmas en clínica psiquiátrica y hasta analítica. El artículo de Miller se llama “Las buenas noticias del progreso”. Se consigue en la web de la revista Virtual Bitácora Lacaniana.<span> </span></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">“Hemos creído y hablado durante mucho tiempo de la psiquiatría que se organizaba entorno a los efectos del medicamento, pero estamos ahora ante una psiquiatría cuya clínica se organiza en función de los costes financieros. Es una novedad. La codificación no está reservada simplemente a un tipo de psicoterapia, la codificación está ahora para reducir al mínimo el tiempo empleado. “ Escribe Miller en ese artículo.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La voluntad del discurso contemporáneo entonces es de homogeneizar ese acontecimiento, de tornarlo fenómeno o en trastorno sobre el que pueda operar desde diferentes dispositivos de control que se incrustan en lo más íntimo de las personas.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Volviendo a nuestro imposible, Alemán llama a eso singular, "<b>lo singular común</b>" y además dice que está antes que toda pedagogía, por un lado, pero también antes que toda metafísica.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Hay un filósofo francés, llamado Jacques Ranciere, autor de un libro que llama "El Maestro Ignorante". Es un estudio que hace Ranciere, donde analiza el método de Joseph Jacotot, un extravagante y simpático pedagogo francés que revolucionó la pedagogía francesa y la hizo temblar. El sostenía que "Quien enseña sin emancipar embrutece". </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Decía que todo hombre (acá vemos lo <b>común</b>), todo niño, tiene la capacidad de instruirse solo, sin maestro. El maestro no es el encargado de transferir ningún saber, sólo es el soporte de una voluntad, la del alumno, la voluntad de atención. No creía en el dispositivo "explicación", ya que su esencia, según Jacotot, tiene que ver con negar el principio de igualdad. Él sostenía que todas las inteligencias son iguales y que es posible enseñar lo que se ignora.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Ranciére escribe "El maestro ignorante" y trata de dilucidar de qué se trata esta " otra pedagogía", sostenida en la ignorancia del maestro y en el principio de igualdad de las inteligencias. Ranciére la nombra una pedagogía de la emancipación ya que la explicación embrutece.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Transcribo un fragmento de un reportaje publicado en La Nación a Jacques Ranciere:</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div></div><span lang="ES-AR" style="font-size: 12pt;"><br clear="all" style="page-break-before: auto;" /> </span> <div class="WordSection2"> <div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">“Porque la osadía de Jacotot consistió en oponer la “razón de los iguales” a la “sociedad del menosprecio”. En realidad, el objetivo de ese apasionado igualitarista era la emancipación. Jacotot pretendía que todo hombre de pueblo fuese capaz de concebir su dignidad humana, medir su propia capacidad intelectual y decidir cómo utilizarla. En otras palabras, se convenció de que el acto del maestro que obliga a otra inteligencia a funcionar es independiente de la posesión del saber. Que era posible que un ignorante permitiera a otro ignorante saber lo que él mismo no sabía; es posible, por ejemplo, que un hombre de pueblo analfabeto le enseñe a otro analfabeto a leer. Y aquí llegamos al segundo sentido de la expresión “maestro ignorante”.<br />
-¿Cuál es?<br />
-Un maestro ignorante no es un ignorante que decide hacerse el maestro. Es un maestro que enseña sin transmitir ningún conocimiento. Es un docente capaz de disociar su propio conocimiento y el ejercicio de la docencia. Es un maestro que demuestra que aquello que llamamos “transmisión del saber” comprende, en realidad, dos relaciones intrincadas que conviene disociar: una relación de voluntad a voluntad y una relación de inteligencia a inteligencia.<br />
-Pero usted dice que no hay que equivocarse sobre el sentido que tiene esa disociación.<br />
-Hay una forma habitual de interpretarla: como una disociación que intenta destituir la relación de autoridad magistral para remplazarla solo por la fuerza de una inteligencia que ilumina otra inteligencia. Ese es el principio de innumerables pedagogías antiautoritarias.”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div></div><span lang="ES-AR" style="font-size: 12pt;"><br clear="all" style="page-break-before: auto;" /> </span> <div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Un niño pequeño aprende la lengua materna, la aprende solo, sin maestro. Aprende repitiendo, reteniendo e imitando. Nosotros analistas, conocemos el caso del Pequeño Hans. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Quién enseñó al nietito de Freud que podía sirviéndose del carretel podía armar una primera diferencia en el lugar mismo de la ausencia/presencia de la madre? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Nadie, “aprendió solo”, diría Ranciere.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR"> Entonces, cuál es el sentido de citar a Ranciére y al método Jacotot? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La clave está en acentuar la vertiente de la singularidad que Jacotot intenta resguardar con el principio de igualdad, que no equivale a homogenizar sino a emancipación. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Cómo pensar la emancipación? Emancipar es poner una objeción, instalando un principio autónomo para la acción, sin necesidad de ampararse en el Otro. Un acto emancipado es un acto sin Otro, pero no sin consecuencias en el Otro, no sin inscripción.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Cuando hay aprendizaje hay un principio de autonomía que ya está operando, siempre y cuando ese acto -llamado pedagógico- no esté controlado, disciplinado por<span> </span>dispositivos de control o dispositivos de poder para la producción de cuerpos dóciles, diría Foucault. Lo que es muy rescatable de estos recorridos teóricos es que no están soportados en un dispositivo de dominación.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Entonces, si esto es así, podemos situar <span> </span>un poco más claramente a qué se refería Freud cuando decía que "educar es imposible". También analizar o gobernar, porque es la misma objeción la que pone en juego en esos otros dispositivos. Para la técnica, como la piensa Heidegger, como estructura de emplazamiento, leso que hoy es<span> </span>imposible es solo por ahora, luego ya no lo será.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La diferencia es que el psicoanálisis celebra esa imposibilidad, es diría, <span> </span>su fundamento mismo. No hay cura de la imposibilidad</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Ranciere también nos enseña un poco de antifilosofía, ya que no se hace tributario de ninguna metafísica<span> </span>y es además es un practicante de lo que Alemán llama “lo impolítico”, porque no elude la imposibilidad. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Otra lección de Ranciere y Jacotot es que afirman en acto que la pulsión es indomesticable, ineducable, resistente a todo dispositivo pedagógico. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Son preguntas.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">III</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Qué es educar en el contexto histórico -siempre contingente- del capitalismo?</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Qué es una escuela? Qué quiere decir que un chico, un pibe de barrio, un adolescente, asista a una escuela para ser educado?</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">No es posible hacer ese análisis sin tener en cuenta la variable del poder político, o la posición de Estado frente a lo público.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Nos hacemos esta pregunta en el contexto de cómo circula el plus de goce hoy, con un Otro, atomizado, agujereado, eclipsado.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">No es posible pensar en un dispositivo escolar por fuera de lo político como experiencia subjetiva. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Tampoco, <span> </span>la clínica. Caro que, cuando nos referimos a lo político no se trata de la modalidad típica del político que hace política, en términos de gestión o consensos, sino más bien, de una práctica que tiene consecuencias en el lazo social. Para Jorge Alemán, “el inconsciente es una experiencia política”,<span> </span>y es una experiencia porque se efectúa en el ámbito de la lengua y el político porque “no hay ningún significante que agote la representación del sujeto”. Yo agregaría que el inconsciente va en contra de todo totalitarismo.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Hacer política es diseñar aparatos, dispositivos de uso social masivo, propios de la cultura, para tramitar goce. Es una manera de pensarla. En esto incide la pertenencia de clase, el lugar que cada persona ocupa en la polis, por tanto su lugar de enunciación y de praxis (trabajo, estudio, etc.)</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Como vemos lo real siempre se desplaza, nunca es el mismo. El real de Parménides o el de Hegel o el de Nietzsche, o el de Lacan (que a su vez tuvo muchas formas de situarse, depende de a qué nivel de sui enseñanza nos estamos refiriendo) no tienen mucho que ver entre sí. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Por ejemplo, el real de Kirchner al enfrentarse a la muerte a solas, no es el mismo que el real al que debemos enfrentar quienes le sucedemos o los jóvenes que retoman hoy las banderas del llamado "kirchnerismo”. No es el mismo real el que debe enfrentar la Presidenta o el movimiento social.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lo digo para dar solo ejemplos y que se pueda entender.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Entonces, este es el contexto no sin cierta dificultad, vamos a interrogarnos, más interrogaciones que afirmaciones, sobre algunas cuestiones sobre nuestra praxis.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Somos analistas, es una praxis, no es una pragmática, <span> </span>una praxis cuyo fundamento es ético, porque el estatuto ontológico del inconsciente es ético (Seminario XI).</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Habíamos discutido las clases anteriores sobre las condiciones de producción de los discursos, los fundamentos del lazo social, el lugar de la política cuando tratábamos de situar la interrogación sobre la ética y la responsabilidad y eso, en el lenguaje de todos los días se traduce en cómo el trabajador, el profesional, el analista, el alumno de una escuela pública, se sitúa frente al goce en el contexto del capitalismo. Es decir, <span> </span>en el contexto de una polis donde lo que domina es el imperativo de goce como modalidad privilegiada de tramitación pulsional: </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">tapar la boca de la demanda con objetos cada vez más tecnificados, virtuales incluso, de ese modo toda pregunta por el <i>dasein</i>, el deseo o el inconsciente, está velada. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Nada de preguntarse por cómo se desea, cómo se goza, de qué se goza y qué hacer con eso. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Eso no es políticamente correcto hacerlo público, incluso es muy difícil situarlo en los propios análisis. En la instancia del capitalismo y el discurso contemporáneo son irrelevantes esas preguntas, lo importante es dar lugar a cierto orden de satisfacción más allá de todo límite. En todo caso ese límite va a estar siempre en posición asintótica.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Propongo pensar la educación escolar como una modalidad del estado para que los sujetos, los ciudadanos, queden implicados en una red simbólica, es decir la educación es algo que produce lazo.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Educarse es ser tomado por un código, <span> </span>por una regla, por una norma, por una cierta legalidad. Es un acto de estado, y nunca sin consecuencias. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Una de ellas puede ser el cierre de toda posibilidad de que se produzca ahí un sujeto de la polis, un sujeto social. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Otra modalidad posible de respuesta puede ser las que estamos detectando hoy en día: </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">la lógica del rechazo, de la exclusión, del estar al margen -que es una modalidad de existir como cualquier otra, vivir en los umbrales o en los bordes, lo cual si es una decisión nada hay que decir, pero si se trata de un destino frente al que no hay opción, es otra cosa. La droga, acontecimientos del cuerpo, la conducta anómica. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Con la pulsión de muerte todo consenso está destinado al fracaso, es una instancia con la que hay que negociar.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Les leo un párrafo del texto de Ignacio Lewkowicz y Cristina Corea, “La Pedagogía del Aburrido”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="color: #333333; font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 9pt;">Estamos en la era de la fluidez, era en que el modo de dominación ya no es estatal, ya no es el disciplinamiento, ya no es el sometimiento de unos cuerpos a unos lugares a través de la vigilancia y el castigo, sino que la dominación se da a través de los flujos. La fluidez es la era en que domina la virtualidad del capital financiero; los Estados ya no son soberanos sino que se disuelven en la liquidez del capital. (…) en condiciones de fluidez nada deja marca, todo se siente pero no hay capacidad de intelección. La saturación sería la experiencia de un sensorio totalmente saturado pero a una velocidad tal que la conciencia no puede percibir de qué se trata. La experiencia del aburrimiento, de la superficialidad, de la saturación sería entonces, la experiencia de un medio que no anuda, no conecta, que no deja huella. (…) hoy se sufre por saturación, porque todo el sensorio ha sido ocupado. El problema hoy es que el mundo interno no puede constituirse. Las dos figuras de la saturación son los hiperkinéticos y los aburridos, dos efectos distintos y complementarios de la saturación mediática. Los adolescentes sufren, padecen el aburrimientos por desolación. La imagen es la del adolescente aburrido haciendo zapping. (…) En la antípoda del aburrido tenemos su contrafigura: el hiperkinético. Es muy frecuente escuchar el comentario de docentes, padres y psicopedagogos acerca del crecimiento de trastornos por déficit en la atención (ADD) en los chicos actuales. Ese síndrome de hiperactividad se hace visible, obviamente, en el contexto escolar, donde se requieren dosis de concentración y atención de las que la gran mayoría de los chicos actuales carecen<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR" style="color: #333333; font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 9pt;">En el desfondamiento de las instituciones se produce un tipo de comportamiento galponil. Comportamientos que no producen una subjetividad. No se produce nada, simplemente se está ahí.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La verdadera desolación es estar a solas, a la intemperie, con la pulsión de muerte.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Muchas gracias</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Julio Riveros</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Bibliografía:</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lewkowicz, I y Corea, C.: “Pensar sin Estado”</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lewkowicz, I y Corea, C.: “Pedagogía del aburrido”</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Alemán, J.: “La experiencia del fin”</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Alemán, J.: “Kafka: ante la ley”, en el libro <i>La experiencia del fin<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Alemán, J.: “Lacan, la política en cuestión…”</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Alemán, J.: “Notas Antifilosóficas”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Bibliografía complementaria:</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Foucault, M.:<span> </span>“Vigilar y Castigar” – Cap “Los cuerpos dóciles”</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">J.-A. Miller: “El Otro que no existe y sus comités de ética”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-515431703992887685.post-1347393576452855012010-11-16T09:26:00.001-08:002010-11-16T09:26:28.512-08:00Clase 3<div class="MsoNormal"><b><span lang="ES-AR">Responsabilidad y moral. El malestar en la era de la fluidez.<o:p></o:p></span></b></div><div class="MsoNormal"><b><span lang="ES-AR">El inconsciente, la ley, el acto moral. La vergüenza.<o:p></o:p></span></b></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">I</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En Freud el fundamento de la comunidad es la renuncia pulsional. Esto no es sencillo de dilucidar. Freud mismo dice que no se entiende “cómo es posible sustraer satisfacción a una pulsión” (<i>Malestar en la Cultura</i>, pag 96).</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lo que está en juego entonces es una renuncia, una privación de satisfacción en términos pulsionales, es decir una renuncia al goce. Esto, como ya Freud mismo lo señala en varios pasajes de su enseñanza, no es sin consecuencias, dado que una renuncia semejante debe ser resarcida.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">De todos modos hay mecanismos para convivir con la pulsión sin sofocarla, lo cual es del órden de lo imposible. Dichos mecanismos:</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">1.<span> </span>La transmutación como rasgo de carácter.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">2.<span> </span>La sublimación, como un destino pulsional posible, sin represión (Lacan en Seminario XI)</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La objeción, el obstáculo más poderoso, según Freud,<span> </span>que encuentra la cultura reside en la “inclinación agresiva” del ser humano, en tanto se trata de una disposición pulsional autónoma y originaria. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">“La cultura es un proceso que abarca a la humanidad toda en su transcurrir y seguimos cautivados por esa idea”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En principio la cultura estaría al servicio de Eros en tanto quiere reunir a los indivíduos aislados, luego a las flias, las etnias, los pueblos y naciones en lo que llama humanidad.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Por qué? No lo sabemos.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Estas multitudes deben ligase libidinalmente entre sí. No basta la necesidad ni la comunidad de trabajo. Debe existir un lazo libidinal para que haya cohesión.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Contra este escenario, contra estos principios atenta la pulsión agresiva.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">II</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En todas partes se invoca la ética, se la pregona, a contrapelo de lo que postulaba Witgenstein, que dejaba la ética más bien del lado del silencio y no de la palabra, o sea, como dicen Jorge Aleman y Sergio Larriera, la ética tiene que ver con “un decir menos tonto”, pero un decir que se emparenta con el silencio, que tiene su misma textura.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El silencio y el vacío, dos modalidades extremas de falta en ser, son sin embargo lo que sostienen la dignidad del acto del decir, incluso del acto creador, del objeto de arte, de la Póiesis.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Sin embargo en nuestra higiénica, transparente e inquietante época actual, atravesada por el discurso científico y la técnica, erigidos ambos dominios en el sitial de Dios (que está muerto), la ética es una permanente invocación, lo cual no hace más que denunciar la impotencia del discurso político para estar a la altura de estas mutaciones de la cultura. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Luego de las décadas de posguerra, de los 60 y los 70, donde se produce una suerte de insumisión transgresiva de la norma y de los saberes establecidos, de los límites clásicos, el discurso de la ciencia interpela los límites del lazo social, estoy hablando de los límites clásicos del lazo social en la comunidad civil (la familia, la escuela, los lazos laborales, los profesionales, etc)</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El lazo social está cuestionado en su fundamento. No es casual que sea el objeto de análisis de las corrientes contemporáneas de la filosofía política. Es necesario volver a pensar el lazo, luego de las transformaciones operadas en el mundo contemporáneo, en términos políticos, económicos y culturales. La ciencia y la técnica, de la mano de un capitalismo cada vez más poderoso y cohesionado, marcan el campo de una inquietante contemporaneidad.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En este contexto, la cuestión del límite es fundamental. Es la pregunta actual: cómo poner límites a aquello que dada la velocidad y lo inasible de los cambios, nunca termina de definirse con límites precisos. Cómo pensar el límite a los efectos de imponer una nueva moral que no atente contra el sujeto? incluso un poco más acá, contra la vida misma.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Hay un video que se puede ver en Youtube, en una intervención de Jorge Alemán en el Espacio Carta Abierta sobre el aborto, él dice que la biopolítica equivale, desde el punto de vista ontológico, a borrar las diferencias entre la dimensión política del sujeto y su condición biológica, de cuerpo viviente. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esa diferencia que se borra es la acción de lo que hoy se llama en las corrientes contemporáneas de la F política, la biopolítica. Es el borramiento del lenguaje y la dimensión del sujeto y de la diferencia misma. Solo hay cuerpos parlantes reducidos a una variable de cálculo político y eso mismo opera en los campos de concentración o como pasó en nuestro país, en la ESMA, El Vesubio, Mansión Seré, El Olimpo. Lugares donde se intentaba a través de la tortura, extraer la palabra confesional.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Si se habla tanto de ética da cuenta de la impotencia del discurso político para posicionarse en relación a la responsabilidad. Esto lo vimos en nuestro país en los últimos debates de algunos proyectos de ley en el Congreso.<i> Ley de medios, Ley de Matrimonio Igualitario.<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Ahora, está en cuestión el <i>Protocolo de Aborto no Punible en los Hospitales Públicos</i>, a los que muchos médicos no acatan y miran para otro lado cuando deben practicar un aborto en algunos de esos casos. Incluso se está avanzando para una despenalización total del aborto y que se implemente como una práctica hospitalaria accesible y gestionada y controlada por el Estado, evitando así la clandestinidad de dichas prácticas. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
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</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Todo el problema de la clonación, de la donación de órganos, de la eutanasia, de la fertilización asistida, de la salud reproductiva, el problema del HIV y sus formas de prevención, las enfermedades endémicas como el cólera, el dengue, las gripes en sus diferentes variantes y la lista es larga.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Los desarrollos últimos que se están haciendo en el campo de la biología molecular, las células madres,<span> </span>que en países como el nuestro, Brasil, Cuba y Venezuela, es tomado como una temática crucial de Estado. Todo el problema de la soja, con las 18.000.000 de Ha sembradas en todo el territorio nacional –el nuestro es el país con más territorios sembrados en todo el mundo, y gran parte del este monocultivo se exporta para biocombustibles- , todo el tema de los recursos naturales, proyectos que tienen que ver con la explotación minera, todos proyectos, debates, que en última instancia inciden sobre la vida humana. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Si todo esto no es biopolítica…</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Son debates que tienen que ver con la ética, con la responsabilidad. Son debates alrededor del sujeto responsable, que tocan problemáticas que son de la ética, la política, los DDHH, etc. Son objetos dirimidos, tratados por la bioética, la biotecnología, la biopolítica. Se habla entonces, de ética, de lo público, de la corrupción, etc. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El discurso político no parece orientarse con claridad<span> </span>frente a estos nuevos desafíos. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Ejemplo: la cuestión de la Iglesia, la cuestión de lo laico, el debate sobre un Estado laico –no olvidemos el factor de presión que impone la Iglesia en la mayoría de estos debates, los cuales no son precisamente teológicos, son políticos y de los cuales ninguno sale indemne.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Se declama en el campo político -sobre todo- un discurso anticorrupción, pero resulta impotente esta prédica para desmontar las condiciones de producción de lo que se denuncia, porque al fin de cuentas, tal como funciona el mundo contemporáneo, el capitalismo funciona no sin corrupción. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En relación a la penetración inquietante del discurso de la Ciencia, se invoca la presencia de una instancia donde la ciencia ceda, decline su carrera insensata hacia un orden cada vez más higiénico, más ordenado en función de axiomas que ella misma establece, un orden formal, transparente, racional, pero también sin pulsión, sin goce, vale decir sin sujeto. Cómo detener esta marcha hacia lo peor.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Hace unos días, le pregunté a un paciente, investigador de uno de los Institutos más prestigiosos del país que vino del exterior para trabajar en su país. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Terriblemente exigente y riguroso en su trabajo, trato de indagar cuál era el sentido de poner tanto empeño en la excelencia -palabra que él usa- y en la exigencia que ponía en sus objetivos dentro de la pequeña comunidad que integra. Dirige un proyecto que está considerado hoy como estratégico y el nivel de presión y exigencia que tiene es alto.<span> </span>Le pregunto cuál es el sentido de semejante exigencia. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Me responde: “Lograr el nivel más alto, hacer la mejor ciencia posible…” y luego, una vacilación. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Quiere lo mejor y lo mejor y lo más excelente, rendir, investigar quizá para un Amo que él ni siquiera se plantea como posible. Forma parte de una carrera -así la llama- excesivamente competitiva, que no pregunta por el sentido de lo que hace. Si él la abandona, otro, más entusiasta, más ambicioso retomará la posta con los mismos ideales.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En otra ocasión otra pregunta similar, cuando me contaba el tipo de experimentos que se dedicaba a reproducir en su laboratorio sobre células que usaban embriones -no me habló de embriones humanos. Le digo que ese un tema de la ciencia pero también de la filosofía, que había todo un problema sobre esa cuestión, si ellos en calidad de científicos debatían su praxis, la ponían en cuestión, se preguntaban por los límites de lo que hacía. Me contestó que no, que ellos están su PC, en laboratorio, con sus aparatitos y lo que pasa afuera, no es asunto de ellos. Después de eso, por supuesto, viene a verme, porque cómo soportar semejante posición? Pero aclaremos, esto no es imputable a esas raras personas que hacen ciencia. Es un<span> </span>efecto del discurso de la ciencia, del discurso de Contemporáneo. Parece que para que funcione es necesario que se cumpla la condición de no preguntar nada. No hay lugar para dudar, aunque sea un poco. El saber, la ciencia, el sujeto de la ciencia, el cogito, los límites de Dios, la garantía y la gran enemiga: la duda. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">No retornó Descartes, es que desde que entró al Mundo Moderno, nunca se fue.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Heidegger tenía razón cuando se refería a la Técnica: la esencia de la misma no es parte de la técnica. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lacan sostenía que el sujeto del psicoanálisis es el sujeto del psicoanálisis. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Jorge Alemán se pregunta: “<i>Qué hace que la ciencia no detenga su provocación sobre el ser parlante y lo emplace a entregar sus fundamentos bajo el modo de lo calculable?, … Cómo dar un paso hacia otro lugar y que este no sea el intento romántico de un pasado de aldea?</i>”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
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</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Nos preguntamos entonces, a partir de acá:</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La ciencia es inimputable? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La ciencia es responsable? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La ciencia es inobjetable? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Cómo dar un paso para limitar su efecto, sin caer en una cultura de aldea primitiva? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Cómo limitar las consecuencias de su acto? </span></div><div class="MsoNormal"><br />
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</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En este sentido el lacanismo implica una implacable interrogación sobre los modos de universalización de goce y del rechazo o elisión del sujeto en la sociedad actual, globalizada, capitalista y atravesada de punta a punta por el discurso tecno-científico.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esto ultimo es, por estructura, dado que el sujeto cartesiano en su fundamento mismo implica el borramiento de la pulsión. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Además, la verdad, en el discurso de la ciencia equivale a su formalización. Letras, números, teoremas, software ultra sofisticado, tecnología no masiva al servicio de fundar un Real que pueda ser enteramente formalizable. Qué lugar para el sujeto en este escenario. Es por cierto inquietante.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lacan en 1950 ya había anticipado que el discurso científico conduce a la Civitas hacia una instancia que oscilaría entre “concentración económica de los mercados y las catástrofes políticas”. Esto de los mercados globales y también de la segregación -como rasgos del D Contemporáneo- lo dice en la <i>Proposición del ´67</i>. Entonces, si esto es así, el psicoanálisis propone “dilucidar las consecuencias que se deducen a partir del Inconsciente y su $ con respecto a alguno de los debates e interrogantes referido a la cuestión de la ética”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">III</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Pasamos de <i>El Malestar en la Cultura </i>a consideraciones en torno a la ciencia y la técnica contemporáneas, pero no es sin fundamento. El malestar... es un texto que marca un campo y como apunta a la estructura aplica perfectamente al tema que estamos trabajando.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
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</div><div class="MsoNormal"><i><span lang="ES-AR">El Problema Económico del Masoquismo</span></i><span lang="ES-AR"> (1924), es un tratado de moral en su primera parte. Articula la dimensión de la moral a la satisfacción libidinal, o sea pone en juego la pulsión o como diríamos hoy, el goce. Esta es la matriz de lo que Lacan va a trabajar como goce. Otro texto princeps es Más allá del principio del placer, que Lacan recorre en el Seminario XVII donde en relación a la compulsión de repetición va a hablar de memoria de goce, repetición de goce, del S1 como significante del goce.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
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</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Freud distingue tres masoquismos. Introduce una novedad: la norma de conducta (o la norma) articulada al goce y con la satisfacción libidinal. Es un tratado de moral, y a mi gusto detenta una fuerte marca nietzscheana, Dado que Freud utiliza en este texto categorías como crueldad, fuerza, ejercicio de poder, de evidente raíz nietzscheana.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
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</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Freud distingue tres masoquismos:</span></div><div class="MsoNormal"><br />
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</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El erógeno, como condición de la excitación sexual.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El femenino, como manifestación de la feminidad en la subjetividad.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El moral: en este msq la ética tiene mucho que ver dado que se configura como una norma de la conducta vital, dice J Alemán. Fíjense esto: un masoquismo articulado a la norma. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La necesidad de castigo es un hecho de la práctica clínica, se puede captar en el consultorio y en el posicionamiento de los pacientes, ¿por qué? Porque refiere a su modo de gozar, lo cual de muestra como tal en el dispositivo mismo, bajo transferencia,. El goce opera cuando se instala el discurso, un lazo transferencial funcionando, un significante de la transferencia operando y un montaje de la pulsión en curso. En ese contexto, el $ goza, muestra, da a ver su goce, siempre masoquista, como todo goce fantasmático. Solo hay que saber operar con él en los bordes del fantasma.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Estos tres msq yo diría que entran en juego con la sexualidad, son el modo en que un sujeto vive la pulsión. La posición de objeto en el fantasma esta masoquista, orientada al masoquismo erógeno. En el fantasma donde aparece la condición erógena anudada al fantasma, el msq es evidente en esa voluntad de permanencia del sujeto en posición de objeto, maniatado, amordazado, en posición de ciega obediencia y sometido. Su voluntad (de goce) es la de ser un niño pequeño, castigado por “haberse portado mal”. Una falta tan imperativa, exige un castigo acorde, tan perentorio como difícil de situar en su causalidad. El sujeto es culpable, pero él ignora de qué es culpable. Lo único que sabe es que merece ser castigado.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
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</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Está el cuento de Franz Kafka, <i>Ante la ley</i>, que ilustra muy bien esta posición subjetiva y la opacidad de la norma.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esa oscura voluntad es la que opera en el fantasma masoquista. No hay modalidad universal de goce, cada uno es particular. Para algunos será una voz que ordene gozar, para otro una mirada, para otro el tacto o un golpe en el cuerpo, etc.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esta vertiente Lacan la desarrolló muy bien en <i>Kant con Sade</i>, donde pone en comunidad topológica el imperativo universal kantiano con el imperativo de goce sin hacerlos equivalentes. Es una suerte de inquietante vecindad, señalamiento deslumbrante de Lacan.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Cómo se articula la norma, la norma de conducta con la satisfacción libidinal? Freud dice que esta conexión no es obvia, no es evidente, dado que el masoquismo no refiere a zona erógena alguna (no hay unza zona parcial del cuerpo que esté en juego en esta modalidad de satisfacción), podríamos preguntar por cómo goza el que se atormenta por la culpa. Jorge Alemán dice que lo que queda erogeneizada es la moral misma.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Nietzsche en <i>Genealogía de la Moral</i>, luego de situar la responsabilidad como la capacidad de decir si de una voluntad libre y soberana de un hombre con memoria -lo cual en la historia de la cultura costó mucha sangre- se hace la siguiente pregunta en el <u>Tratado 2</u>, aforismo 4: “Pero, ¿cómo vino al mundo esa otra 'cosa sombría' la consciencia de culpa, toda la 'mala conciencia'?”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Nietzsche dice que la noción de “culpa”, en alemán “<i>Schuld</i>”, procede de “tener deudas” (<i>Schulden</i>). El dice que la cuestión de la compensación de una falta en el derecho penal tiene su origen en la relación contractual “acreedor y deudor” tan antigua como la existencia de “sujeto de derecho” y que remite a las formas básicas de compra, venta, cambio, comercio, tráfico. Esa lógica luego se complejiza y se hace cruel, sádica y apunta al ejercicio de hacer el mal por el placer de hacerlo:</span></div><div class="MsoNormal"><i><span lang="ES-AR">“Por medio de la 'pena' infligida al deudor, el acreedor participa de una derecho de señores:<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal"><i><span lang="ES-AR">por fin llega él a experimentar el exaltador sentimiento de serle lícito despreciar y maltratar a un ser como a un 'inferior' -o, al menos, en el caso de que la auténtica potestad punitiva, la aplicación de la pena, haya pasado ya a la 'autoridad', el verlo despreciado y maltratado. La compensación consiste, pues, en una remisión y en un derecho a la crueldad”<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En el af. Nro 6:<span> </span><i>“En esta esfera, es decir, en el derecho de las obligaciones es donde tiene su hogar nativo el mundo de los conceptos morales "culpa" (Schuld), "conciencia", "deber", "santidad del deber", -su comienzo, al igual que el comienzo de todas las cosas grandes en la tierra, ha estado salpicado profunda y largamente con sangre. ¿Y no sería lícito añadir que, en el fondo, aquel mundo no ha vuelto a perder nunca del todo un cierto olor a sangre y a tortura? (ni siquiera en el viejo Kant: el imperativo categórico huele a crueldad... ) “<o:p></o:p></i></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿En qué medida puede ser el sufrimiento una compensación de "deudas"? En la medida en que hacer-sufrir produce bienestar en sumo grado, en la medida en que el perjudicado cambiaba el daño, así como el desplacer que éste le producía, por un extraordinario contra-goce: el hacer-sufrir, -una auténtica fiesta, algo que, como hemos dicho, era tanto más estimado cuanto más contradecía al rango y a la posición social del acreedor. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Más adelante, se pregunta:<i> <a href="" name="container"></a><span> </span><a href="" name="contenido"></a>"¿cómo puede ser una satisfacción el hacer sufrir?"</i>). </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esto es Nietzsche, solo un recorte. Vean si Freud no tiene un aire de familia con este pensamiento. No creo que sea casualidad.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esta articulación entre culpa y deuda la hace Freud en <i>“El Hombre de las Ratas”</i>, entre <i>Spielraten</i>, deuda de juego, falta del padre que tiene la función de sostener al hijo en el fantasma masoquista (como todo fantasma) de Lorenz, determinada por la posición femenina en relación al lazo erotizado con el padre, fija no solo su posición de goce sino sus síntomas.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Ahora, en Freud esta gramática pulsional que determina posiciones de goce, es un mecanismo inconsciente.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Cómo se “faliciza” el goce de la mujer o de otro modo, cómo ingresa el goce de la mujer a la lógica fálica (ser o tener el falo, lógica del tener o no el falo, serlo o no serlo), lógica de la que Lacan da cuenta en textos de su llamada “primera clínica”, clínica del deseo, clínica si quieren casi hegeliana, del deseo como del Otro como reconocimiento (las inversiones dialécticas en el caso Dora, hasta el Seminario V), <i>“La Dirección de la cura”</i> o <i>“La significación del falo”</i>. La clínica lacaniana está sostenida en una lógica eminentemente fálica. Recién en textos más tardíos, su clínica va desplazándose hacia otros operadores, como la noción de goce, que introduce en el Seminario VII, y de ahí en adelante hasta el Seminario XI, en el que empieza a situar lo real de otro modo.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Estas son modalidades freudianas tanto en hombres como mujeres, “donde la pasividad del dolor del coito -por ejemplo- en el parir nombran el límite donde el significante se eclipsa frente al goce” (Jorge Alemán)</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Como verán, la imbricación de estos masoquismos implica lo infantil. El msq moral articula libido y pulsión de muerte. Si hay crueldad, si hay pulsión de destrucción, si se cuenta con la pasividad del otro, por qué directamente el yo no aniquila al Otro? Por qué razón, si hay pulsión de muerte, no se aniquila a sí mismo, hablando del Yo...</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Alemán dice que “el masoquismo moral es la traducción subjetiva de la pulsión de muerte que alude al momento lógico en que el sujeto se constituye en una renuncia a la satisfacción.”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">nosotros habíamos situado la renuncia pulsional como fundante del lazo social. Por tanto, el emplazamiento de la moral como masoquismo moral, el cual tiene su raíz en la pulsión en tanto renuncia a su satisfacción, está en el inicio del lazo social. Por tanto, la moral -en tanto articulada al goce- no podemos pensarla por fuera de la cultura, es decir de la comunidad. (Ver <i>Malestar en la cultura</i>, Pág 123)</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Noten que en el msq moral no hay zona erógena. Lo que queda erotizado, erogenizado, es la m oral misma por vía de del Superyó que sabe localizar al sujeto que ha renunciado a la satisfacción de la pulsión. Esa misma localización hace que se acumule goce, paradójicamente,, porque el goce es una sustancia acumulable, susceptible de acumular, como una sustancia producida por algún aparato que produce goce y luego, se acumula. Los discursos, por ejemplo. Haya aparatos de goce, como los discursos y el lenguaje, otro aparato de goce.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Satisfacer al imperativo kantiano es equivalente a la producción de goce, por vía del Syo. En el campo edípico -es decir fálico, fantasmático- del deseo neurótico como deseo del Otro -el Syo llama al goce y tiene estrechos lazos comunicantes con la satisfacción de la pulsión. Esta vertiente pulsional de la moral es lo que da subraya Lacan en <i>Kant con Sade</i>. Rompe Freud entonces con una modalidad metafísica de concebir la norma, rompe con la modalidad kantiana de derivar la misma de la razón práctica y encuentra sus raíces nada menos que en la pulsión.,</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Si hay comunidad es porque hay renuncia, cosa que se puede verificar en la práctica clínica.<span> </span></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El inicio de un análisis, es por la vía de una cesión de cierto goce. Esa cesión deja un resto, un acto que marca un inicio: la transferencia, la operación del significante de la transferencia. Lacan dice en la<i> “Proposición del 67”</i> que “al comienzo de un análisis está la transferencia”. Un goce que el sujeto cede con la realidad y el efecto es de un cierto alivio.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Vemos entonces que en el ámbito del consultorio, un espacio donde también funcionan estos principio fundacionales de instalación de un lazo (el analítico), se puede reeditar esta misma lógica. Freud en el citado artículo traza una correspondencia entre “el desarrollo cultural de la multitud y el del propio individuo”.<span> </span>Incluso llega a hablar de un Superyó de la cultura.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 14.2pt;"><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 10pt;">¡Qué poderosa debe de ser la agresión como obstáculo de la cultura si la defensa contra ella puede volverlo a uno tan desdichado como la agresión misma! “ He aquí, a mi entender, la cuestión decisiva para el destino de la especie humana: si su desarrollo cultural logrará, y en caso afirmativo en qué medida, dominar la perturbación de la convivencia que proviene de la humana pulsión de agresión y de autoaniquilamiento. Nuestra época merece quizás un particular interés justamente en relación con esto. Hoy los seres humanos han llevado tan adelante su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza que con su auxilio les resultará fácil exterminarse unos a otros, hasta el último hombre. Ellos lo saben; de ahí buena parte de la inquietud contemporánea, de su infelicidad, de su talante angustiado. Y ahora cabe esperar que el otro de los dos «poderes celestiales», el Eros eterno, haga un esfuerzo para afianzarse en la lucha contra su enemigo igualmente inmortal. ¿Pero quién puede prever el desenlace?<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoBodyText" style="margin-bottom: 14.2pt;"><span lang="ES-AR">“</span><i><span lang="ES-AR" style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 10pt;">El malestar en la cultura”<o:p></o:p></span></i></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR"><span> </span>En un reportaje al final de su vida, Freud dice que la pulsión de muerte es una realidad efectiva y que “la muerte es un sucidio disfrazado”. Es decir, es absolutamente insoslayable la incidencia en la vida, en el Yo, de la pulsión de muerte.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Jorge Alemán: “ <i>Hoy el desafío es probar suerte con un nuevo tipo de alianza con la pulsión de muerte inscrita en el modo en que la civilización acontece en el país</i>”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Muchas gracias</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Julio Riveros</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><u><span lang="ES-AR">Bibliografía:<o:p></o:p></span></u></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Freud, S.: “El principio económico del masoquismo”</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Freud, S.: “El malestar en la cultura”</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Freud, S.: “La responsabilidad moral por el contenido de los sueños”</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="EN-US">Lacan, J.: “Kant con Sade”<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Alemán, J.: “La experiencia del fin”</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Nietzsche, F.: “La genealogía de la moral”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><u><span lang="ES-AR">Bibliografía complementaria</span></u><span lang="ES-AR">:</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Ons, Silvia: “Violencia/s”</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Sinatra, Ernesto: “El toxicómano es un sinvergüenza”</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lewkowicz, I.: “Pensar sin Estado”</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Zizek, S.: “Violencia en acto”</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-515431703992887685.post-12640568798007736052010-11-16T09:24:00.003-08:002010-11-16T09:24:21.142-08:00Clase 2<div class="MsoNormal"><b><u><span lang="ES-TRAD" style="text-transform: uppercase;">Ciencia y ética. De <st1:personname productid="LA TCNICA MODERNA" w:st="on">la técnica moderna</st1:personname> a <st1:personname productid="LA PᅮIESIS" w:st="on">la <i>póiesis</i></st1:personname><i> </i><o:p></o:p></span></u></b></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD">Quería plantear la clase de hoy en relación a la secuencia de las clases anteriores. En la primera clase ubicamos algo del orden de lo real que excede al discurso metafísico. Hay algo que excede a un orden simbólico que pretenda dar fundamento a un real reducido, a su vez, a lo simbólico. Desde esa pretensión se fundamenta una moral. Desde eso que excede se funda una ética. La clase pasada veíamos como la<span> </span>racionalidad moderna encuentra una vertiente en el orden capitalista. Esta racionalidad que aspira a subordinar todo a ella, excluye algo del orden de la política, en tanto ésta viene a obstruir el libre funcionamiento del sistema como algo que se puede autorregular automáticamente. Ubicamos de qué manera desde allí se funda una moral, ya sea una moral del consumo o una moral del sacrificio que pretende suprimir, que rechaza, la posibilidad de una ética, es decir, la posibilidad de asumir la responsabilidad de tomar una decisión propia, de resolver frente a lo no preestablecido, lo no determinado. Algo de esta racionalidad produce cierta situación de crisis en el lugar del padre. El padre, más allá de ser el portador de la ley, es aquel que tiene que asumir la responsabilidad de decidir ahí donde hay un aspecto que la ley no contempla, que es en el cada caso. Hay algo de la posibilidad de decidir haciéndose responsable de eso para lo cual no hay una respuesta, es decir, ese claroscuro que queda siempre presente, que es lo rechazado por la racionalidad moderna. Esa racionalidad moderna encuentra su otra vertiente en la ciencia y en la técnica. Vamos a tomar como orientación dos textos de Heidegger: “La época de la imagen del mundo” y “La pregunta por la técnica”. Es importante ubicar como nuestra época es aquella en la que el discurso universitario, el discurso de los expertos, es el que pretende regular las relaciones. Hay allí cierta exclusión de la política, en la medida que se cree en la posibilidad de un saber que pueda subordinarlo todo a él, que pueda reducir la verdad a él. Una de las cuestiones que necesitamos aclarar es el término verdad en Heidegger. Para referirse a ella Heidegger toma una palabra griega <i>aletheia</i>. Este término hace referencia a lo que se desoculta que implica, al mismo tiempo, algo que se oculta. Este sentido se corresponde perfectamente con lo que dice Lacan en relación a la verdad como siempre media dicha. Nunca se dice del todo. De alguna forma <i>aletheia</i> remite a eso: algo del ser se desoculta pero, en ese desocultar, hay algo que se oculta. Es decir nunca hay un acceso pleno al ser. En relación al término ser en Heidegger, no nos extraviamos si lo ubicamos en relación con lo real lacaniano. Hay algo de lo real que nunca se desoculta del todo. Siempre se desoculta un aspecto y hay algo que se oculta. Con esto ya se marca un imposible: la imposibilidad de una verdad – toda que pueda ser traducida a un saber. Debe subrayarse que es el Ser el que se desoculta. Hay una cuestión central en Heidegger: el opera cierta descentralización del sujeto, del hombre como sujeto que encontramos en la filosofía cartesiana. Esta tiene su papel esencial en la ciencia y la técnica y en consecuencias que tienen presencia en nuestra época. No es el hombre para Heidegger el que va, accede al mundo, lo estudia, lo investiga, lo representa, sino que es el Ser lo que se le revela de alguna manera. Es lo real lo que se presenta de alguna forma en cada época al hombre. Se desoculta de distintas formas en cada época. Cuando él toma la ciencia y la técnica va a decir que la esencia de la técnica es la esencia de la modernidad. Está diciendo que ese es el modo particular en que lo real se le revela al hombre actual, al hombre de esta época. Es decir, no depende de la voluntad, del libre designio del hombre que determinaría la manera en que desoculta lo real, que implicaría ubicar al sujeto como amo, al hombre decidiendo. Es lo real lo que se desoculta de distintas formas en cada época, lo que implica que también algo se va a ocultar en cada época. En relación a eso Heidegger va a ubicar cierto peligro vinculado a lo que se oculta en nuestra época. En “La pregunta por la técnica” va a remitir precisamente a la técnica como el modo de desocultarse del Ser en nuestra época. La técnica no es una mera aplicación de los conocimientos científicos. No es que la ciencia está previamente en su búsqueda de conocimiento, lo produce y luego, como una consecuencia secundaria, se decide como aplicar ese conocimiento. La técnica no es una mera aplicación instrumental, secundaria, que podría estar o no estar en relación al conocimiento científico. Por el contrario, la ciencia está comandada por la técnica. Esto concretamente se traduce en que las investigaciones científicas se realizan si existe presupuesto para hacerlas, y hay presupuesto en la medida que hay un proyecto relativo a la aplicación concreta en la resolución de un problema. La lógica misma de la ciencia responde a la esencia de la técnica. En Heidegger el Ser podría ubicarse en relación con lo Real. Una de las cuestiones que va a plantear es que en <st1:personname productid="la Metaf■sica" w:st="on">la Metafísica</st1:personname> occidental hay una reducción del Ser al ente. El establece una diferencia entre Ser y ente. ¿Qué sería el ente? Aquello que ha sido atrapado por el significante, en tanto representado. Es aquello que ha logrado ser capturado por lo simbólico. ¿Qué concepción del ente hay en <st1:personname productid="la Ciencia Moderna" w:st="on"><st1:personname productid="la
Ciencia" w:st="on">la Ciencia</st1:personname> Moderna</st1:personname> y qué concepción de la verdad? El hace un desarrollo de ciertos aspectos esenciales de <st1:personname productid="la Ciencia Moderna" w:st="on"><st1:personname productid="la Ciencia" w:st="on">la Ciencia</st1:personname> Moderna</st1:personname> donde ubica la idea de proyecto, de lo matemático, la explicación, el experimento y la empresa, para luego ver que concepción de ente la sostiene. Cuando habla de proyecto sostiene que precisamente lo que hace la ciencia es proyectar sobre lo real cierto orden (relativos a los axiomas científicos) que permiten determinar, delimitar, configurar cierto campo de saber. Este campo de saber en las Ciencias Naturales en particular, y las Ciencias en general, tiene que ver con lo matemático. Busca la raíz del término matemático, que no remite meramente al número, sino a algo más fundamental. El origen de la palabra en griego es <i>matématha </i>que significa “aquello de las cosas que conocemos de antemano”. Para poder decir que aquí hay <i>tres</i> elementos, hay algo del número <i>tres</i> que ya conocemos. No nos es dado por la experiencia empírica. En ese sentido el número es algo que ya conocemos de antemano. Lo que hace <st1:personname productid="la Ciencia" w:st="on">la Ciencia</st1:personname> es acercarse a lo Real a partir de aquello que ya conoce de antemano y trata de reducir ese Real a lo ya conocido. De ahí la cuestión de la explicación, donde justamente, aquello que es desconocido se intenta explicar desde lo ya conocido. En todo caso eso nuevo que aparece y que logró reintroducirse en lo conocido, enriquece lo conocido, pero perdiendo ese carácter de nuevo. Hay una aspiración a un saber que pueda ser representado, que conforme una estructura que reduzca lo Real. Por eso habla de la “Época de <st1:personname productid="la Imagen" w:st="on">la Imagen</st1:personname> del Mundo”. No se puede hablar de una imagen griega o cristiana del mundo. La época de la imagen del Mundo es la época en que el Mundo se vuelve imagen, cosa que no sucede ni en <st1:personname productid="la Edad Media" w:st="on"><st1:personname productid="la Edad" w:st="on">la Edad</st1:personname> Media</st1:personname> ni en <st1:personname productid="la Antigedad Cl£sica." w:st="on"><st1:personname productid="la Antigedad" w:st="on">la Antigüedad</st1:personname> Clásica.</st1:personname> Hablar de un Mundo que se transforma en imagen es hacer referencia a un Mundo que se reduce a la representación de un sujeto. El experimento realiza eso. Parte de una ley. A partir de ella hay una predicción de cuales son los resultados que se van a producir. El dispositivo experimental permite verificar si esas predicciones se cumplen o no. El esquema básico sobre el cual podríamos montar el espíritu esencial de la ciencia y la técnica es explicar, predecir y controlar. En tanto puedo explicar puedo predecir cuál va a ser el comportamiento. Si puedo explicar<span> </span>que la causa del fenómeno A es B, yo se que si se produce B, se va a producir A. Por lo tanto yo controlo A, porque puedo producirlo cuando lo quiero producir y puedo intentar evitar que se produzca. Por<span> </span>ejemplo el uso de psicofármacos implica la posibilidad de dominar el fenómeno de la sinapsis. A partir del conocimiento que se posee sobre el funcionamiento de la sinapsis nerviosa se puede inhibir o estimular al sistema nervioso. Cierto neurotransmisor es liberado al espacio sináptico tocando cierto receptor específico para que luego la neurona pre – sináptica recapte tal neurotransmisor para metabolizarlo<span> </span>y volver a utilizarlo. Si con una sustancia se ocupan las vacuolas que alojan el neurotransmisor, se impide que pueda ser recaptado y, permaneciendo en el espacio inter neuronal sigue estimulando al sistema nervioso central. Este es el modo en que el antidepresivo permite controlar tal estimulación. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD"><span> </span>La lógica que domina este proceso es el mismo desde el cual los docentes o los padres demandan un saber experto que otorgue la receta a partir de la cual el “niño artefacto” funcione adecuadamente. Esto tiene una incidencia directa sobre la responsabilidad. Todos advertimos que cuando aparece esta demanda de parte de los padres o la maestra eso está suponiendo su desresponsabilización. El responsable pasa a ser el experto que es quien le ha transmitido el saber y, en todo caso, si ese saber no produce los efectos adecuados… ya sabemos de quién es la culpa. Hay serie de saberes en el campo de <st1:personname productid="la Psicolog■a" w:st="on">la Psicología</st1:personname> que reproducen esto y que implican una posición ética. Decidir, asumir la responsabilidad y resolver desde el lugar de sujeto responsable, es justamente lo que queda suprimido. De acuerdo con esto en el discurso de la técnica lo que queda elidido es el sujeto. De la misma manera que en el discurso de la ciencia, lo que queda elidido es el objeto. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD">Una aclaración: la noción de empresa a la que hace alusión Heidegger tiene que ver con que la ciencia no funciona a partir del sabio que trabaja en solitario, sino que hay toda una estructura funcionando que produce, al servicio de la producción de un saber que se reproduce, se hace circular, y todo lo que se continúa investigando es a partir de ese saber ya aceptado desde la institución científica correspondiente. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD">Lo que está elidido en el discurso de la ciencia es lo pulsional. Algunas cuestiones del pensamiento cartesiano permiten ubicar esta cuestión. Descartes parte de la duda como método. La primera consecuencia que se puede extraer de allí es la equiparación de la verdad con la certeza. Es en la medida que ese sujeto puede tener certeza de aquello que tiene como contenido de conciencia, que puede considerarlo verdad. No hay una verdad que exceda a mi certeza. No hay una verdad que exceda a la certeza que tiene el sujeto. En su procedimiento metódico someterá a la duda primero al conocimiento sensible, a través del argumento del sueño. De este argumento queda un residuo. Entonces procederá a dudar de los principios lógico matemáticos a través de la hipótesis del genio maligno. Ya no le quedaba nada de que dudar, salvo de que duda. No puedo dudar de que dudo. Dudar implica pensar, entonces existo. Eso funda la metafísica de la subjetividad. Esta supone al sujeto como fundamento de todo. Esto es lo nuevo en el planteo de Descartes. Ya no es el Cosmos. Ya no se trata de Dios. El fundamento es el sujeto que se caracteriza por ser solo una sustancia pensante. El término sujeto, <i>subjectum</i> en latín, traduce un término griego que es <i>hipokeimenon</i> que remite a aquello que está sosteniendo. Para la tradición griega no era el hombre el único sujeto. En <st1:personname productid="la Modernidad" w:st="on">la Modernidad</st1:personname> lo que pasa a ser sostén, fundamento, es el hombre. ¿Qué hombre es fundamento de esta metafísica? Descartes pretendía fundar una filosofía que no pudiera ser nuevamente rebatida, sino que tenga un fundamento indubitable, inconmovible, es decir que valga para todos, frente al cual haya absoluta certeza. La duda metódica tiene que ser hiperbólica porque tiene que arrasar con toda posibilidad de duda. El sujeto que queda como residuo del procedimiento cartesiano es una sustancia que piensa. Ese es el sujeto moderno. Es un sujeto que no tiene mundo, que no tiene época, no tiene padre, madre, no tiene sexo, no tiene pulsión, no tiene cuerpo. Se reduce a un pensamiento que conoce el mundo. Dios aparece como un mal necesario. Necesita alguien que elimine la hipótesis del genio maligno. Para eso tiene que recurrir a Dios. A partir de éste reestablece al mundo, pero reducido a <i>res extensa</i>. Va a distinguir entre las cualidades primarias y las secundarias. Las primarias son las cuantificables y por consiguiente de ellas se puede obtener una medida válida para todos. En cambio las secundarias no otorgan esa garantía. Esta sustancia extensa, este mundo de pura medida, espacial, cuantificable es el que da pie a la física newtoniana<a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=515431703992887685#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>. A este mundo se le elimina la cualidad y queda reducido a magnitudes espaciales y temporales. En Ser y Tiempo, Heidegger hace una disección del espacio y el tiempo y muestra que aquello que nosotros suponemos que es el modo primario de vincularnos con el espacio, su concepción como distancia, no es algo primario en absoluto. Solo es el modo de tratarlo en <st1:personname productid="la Modernidad. Por" w:st="on"><st1:personname productid="la
Modernidad." w:st="on">la Modernidad.</st1:personname> Por</st1:personname> el contrario, el espacio está ligado al lugar y, éste, está ligado al sentido. Para poder decir que el martillo está fuera de lugar es necesario que éste tenga un lugar ligado a las herramientas. Se sabe que es el martillo, que función cumple, que relación tiene con el resto de las herramientas y que tarea voy a desarrollar en relación con el martillo. No hay una ubicación del martillo en términos de coordenadas geométricas. Al reducir al espacio a pura geometría se borra del espacio lo cualitativo, del mismo modo que se eliminará lo cualitativo en el tiempo. En la antigüedad y <st1:personname productid="la Edad Media" w:st="on"><st1:personname productid="la Edad" w:st="on">la Edad</st1:personname> Media</st1:personname>, el tiempo estaba ligado a los ritmos del cuerpo, de la naturaleza,<span> </span>de las tareas que realizaba el ser humano. En <st1:personname productid="la
Modernidad" w:st="on">la Modernidad</st1:personname> se transforma en una variable cuantitativa. Desaparece la jerarquización y todo pasa a ser uniforme. Da lo mismo un lugar que el otro. En <st1:personname productid="la Edad Media" w:st="on"><st1:personname productid="la
Edad" w:st="on">la Edad</st1:personname><span> </span>Media</st1:personname> se pone en juego el sentido. Si algo es más importante, por ejemplo, debe estar en el centro. De hecho uno de los argumentos de Copérnico para justificar su idea de que el sol es el centro del universo consistía en que si el sol era como fuente de vida tan importante, debía situarse en el centro. Queda claro que no existía la disyunción entre lo subjetivo y lo objetivo. Para nosotros sería inadmisible un argumento de ese estilo, porque supone que la realidad responde a categorías como lo más importante o menos importantes que se nos aparecen como claramente subjetivas. Ese sujeto cartesiano sin mundo y sin cuerpo es el observador científico, que a la hora de realizar una investigación científica supuestamente no pone en juego ningún deseo. De él está excluido todo deseo. Sólo lo asiste el puro y angelical deseo de saber. Por eso es un sujeto dividido. Tiene que ser neutral. No puede poner nada de su subjetividad en juego. Cuando se plantea la cuestión ética con relación a las ciencias, se lo hace como algo exterior. Especialmente cuando se hace referencia a la técnica se la piensa como un efecto secundario con relación a la ciencia. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD">Hay un texto de Mario Bunge en el que habla de la responsabilidad de la ciencia y de la técnica. Allí dice que ni la ciencia ni la técnica son responsables de nada. Sólo las personas son responsables. En todo caso, él establece tres niveles de responsabilidad. El científico investiga por el saber mismo es el que trabaja en la ciencia básica. El tecnólogo es aquel que utiliza el conocimiento científico para alguna aplicación práctica concreta. Por último están los políticos. Obviamente la culpa es de los políticos. El científico básico no tiene ninguna responsabilidad, él busca el saber por el saber mismo. El tecnólogo tiene cierta responsabilidad porque puede utilizar ese saber científico para curar o para hacer una bomba. Pero es el político que toma la decisión de contratar al tecnólogo para crear la bomba y no<span> </span>curar, el que tiene la culpa de todo. Aparece la cuestión de la culpabilidad ligada a individuos que tendrían la responsabilidad de los males. No es la estructura. Hay un manual de lógica, un clásico, en el que su autor, Irving Copi, plantea la pregunta acerca de si la ciencia es previa a la técnica o si está subordinada a ella. Para sostener la primera posición cita a Einstein. Este afirma que lo que lo ha movido a investigar es su personal búsqueda de saber. Pero el argumento que propone Copi citando una autoridad científica como Einstein es el de este sujeto particular pero descontextualizándolo de este aspecto señalado por Heidegger que es la ciencia como empresa, como estructura de investigación al servicio de. Puede ser que Einstein estuviera movido por cierto deseo de saber pero eso no excluye que la ciencia como estructura esté subordinada a su aplicación técnica y al afán de dominio que está en ella. <st1:personname productid="La Pregunta" w:st="on"><i>La Pregunta</i></st1:personname><i> por <st1:personname productid="la T←cnica" w:st="on">la Técnica</st1:personname></i> ubica como en la esencia de la ciencia hay un afán de poder, ya hay una voluntad presente en la supuesta neutralidad del sujeto que integra el dispositivo científico<a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=515431703992887685#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>. En la primera parte de este texto Heidegger toma las cuatro causas aristotélicas.<span> </span>La sustancia está constituida por cuatro causas: la materia, la forma, que no es el formato sino su esencia, lo que lo hace ser lo que es, la causa final, su finalidad y la causa eficiente, el agente que produce la sustancia. Esta última entendida habitualmente como el agente que produce el movimiento aparece como algo externo que produce el efecto. Esa concepción es la que se pone en juego en la ciencia moderna. Para Aristóteles el término causa tiene que ver con responsabilidad, remite a algo inmanente. La causa final es la realización plena de la sustancia, de su esencia, de lo que la hace ser lo que es. El agente en su reflexión sobre la esencia produce la sustancia. La causa aparece ligada a la producción. El término producción se liga a <i>póiesis</i>, palabra de donde proviene poesía. <i>Tekné</i>, de donde viene técnica estaba ligada a la producción no natural. En la naturaleza se producen ciertos cambios por si mismos y la <i>tekné </i>supone algo del orden de lo no natural que pondría en juego el hombre. Sin embargo supone el permitir hacer aparecer algo de lo que está ahí. Si tenemos un tronco y hacemos aparecer<span> </span>algo de lo que es posible que de lugar ese tronco, por ejemplo una escultura de madera, se pone en juego algo de la <i>tekné</i>. En este sentido la producción tiene que ver con una forma de hacer con lo real. La <i>póiesis</i> como una forma de hacer se acerca más al arte y no a la mera manipulación. Lo que está supuesto en el dispositivo científico técnico es la relación sujeto – objeto, donde ese sujeto busca entender ese funcionamiento para manipularlo. El sujeto no se acercará a ese tronco desde sus posibilidades, desde lo que le dice o se le revela en él, sino bajo la forma de un objeto de la botánica, por ejemplo. La <i>póiesis</i> es una manera de la <i>aletheia</i>. La producción, la <i>tekné</i> es una manera en que lo real se desoculta. El trabajo revela algo del tronco. Es un hacer con lo real que muestra cierta posibilidad al tiempo que oculta otras. En tal sentido la técnica es un modo de desocultamiento de lo real. El modo de desocultamiento que reduce al ente, ya ni siquiera a objeto, sino a recurso. Implica una degradación del mismo objeto, como recurso o fondo, pero en el sentido del stock, de la acumulación. El texto hace referencia a como el río se lo transforma en energía que se puede acumular. Es algo de lo que se dispone, se acumula, para tenerlo disponible para utilizar. Hay un término, Gestell, traducido<span> </span>como estructura de emplazamiento. Carpio lo traduce como imposición, otros como dispositivo. Heidegger dice que la esencia de la técnica es esta estructura de emplazamiento, dispositivo o imposición. ¿En qué consiste? La técnica tiene tal esencia,<span> </span>en tanto supone un modo de desocultar que reduce al ser a un recurso. Pero no es el hombre, el sujeto dominante, el que dispone y decide esto. Se trata de un modo de desocultar propio de la época, que atraviesa al hombre de esta época y hace que el hombre mismo se reduzca a recurso, stock. Tanto en la vertiente del consumidor, a través del marketing y la publicidad, como en su función de productor como “recursos humanos”. Los modos de organizar la empresa teniendo en cuenta las inquietudes, las ideas y opiniones de los trabajadores son sólo un modo más sofisticado y sutil de manipular y de hacer más eficiente la maquinaria productiva. Se ahorra la estructura del laboratorio que elaboraba las mejoras de producción y las innovaciones que luego se trasladaban a la planta de producción. Esta función la pasa a cubrir el propio trabajador con sus sugerencias y aportes. En el campo de la evaluación psiquiátrica los cuestionarios indagan comportamientos y datos “objetivos” del paciente, que muchas veces ni siquiera debe responder él mismo sino que lo hace un tercero (un familiar, el docente). En función de esto se evalúan las disfuncionalidades del paciente – artefacto y se prescribe la solución que, habitualmente, consiste en la administración de un fármaco, de una sustancia que permitirá que funcione correctamente. Hay algo de ese saber que ubica al sujeto que tiene una problemática en un lugar de puro recurso, pero también el psicólogo – psiquiatra queda reducido a mero instrumento. A pesar de su aparente lugar de agente él también es recurso dentro del sistema y del dispositivo general. Es aquel que dentro de la estructura hace que los artefactos que dejaron de funcionar comiencen a hacerlo correctamente o al menos no resulten perturbadores.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD">El Psicoanálisis se acerca más a la <i>tekné</i> griega y se separa de la técnica moderna en tanto reintroduce la responsabilidad del sujeto y la dimensión del goce pulsional que excede el campo de lo reductible al significante y a la contabilización. Dentro de la práctica médico – psiquiátrica solo cuenta el resultado y se ignora el proceso, como correlato de la suposición de que el objeto se captura, y es reductible al ente, a lo representable. La vía de la <i>póiesis</i> <span> </span>permite hacer otra cosa con eso que no se sabe, poniendo en juego algo del orden de la responsabilidad subjetiva. De allí que la dimensión ética se vincula a lo pulsional, porque tiene que ver con aquello que no puede ser atrapado en un saber universal. Frente a eso cada uno tiene que resolver. No hay para todos. Hay que ver qué se produce en cada caso. <o:p></o:p></span></div><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" /> <hr align="left" size="1" width="33%" /> <!--[endif]--> <div id="ftn1"> <div class="MsoNormal"><a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=515431703992887685#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US"><span><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="EN-US"> </span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">El ideal de univocidad que tiene la ciencia lo lleva a decir a Heidegger que la ciencia no piensa. Pensar supone distintas perspectivas que hacen que cuando pienso algo desde una perspectiva algo se desoculta y algo se oculta. Cuando cambio de perspectiva otra cosa se desoculta y algo también se oculta. No hay posibilidad de verlo todo desde todos lados. Por eso las distintas perspectivas no se pueden sumar.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoFootnoteText"><br />
</div></div><a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=515431703992887685#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US"><span><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 10pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="EN-US"> </span><span lang="ES-TRAD">Si la esencia de la técnica es la esencia de <st1:personname productid="la
Modernidad" w:st="on">la Modernidad</st1:personname> es porque lo que está presente en el conocimiento científico es ya una voluntad de dominio. Eso es lo que queda oculto en el discurso de la ciencia, que se presenta como prescindiendo y dejando afuera todo deseo y toda voluntad. Lo que oculta es lo oculto. Pretende que todo es pura presencia.</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-515431703992887685.post-20237464117155824162010-11-16T09:20:00.000-08:002010-11-16T09:21:52.105-08:00Primer Clase<span lang="ES-AR">Nuestro quehacer como psicoanalistas consiste en una praxis atravesada por una dimensión ética. No se trata de una mera técnica. </span> <br />
<div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Vamos a ir al campo a relevar, a indagar, a capturar evidencias sobre lo que nos proponemos como problema, pero esa praxis no debe estar al margen de las consideraciones éticas propias del discurso analítico, ¿por qué? Porque vamos a trabajar con sujetos del lenguaje, con parlettres.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lacan en el Seminario de Los cuatro Conceptos decía que el estatuto del inconsciente no es óntico, es ético, ya que no se trata de una sustancia. En todo caso va a reservar la noción de sustancia para referirse al goce, en el seminario Aún. Pero el inconsciente es de otra estofa.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR"> Este rasgo del inconsciente sitúa en el corazón de nuestra práctica el problema de la ética y el testimonio en acto de esa dimensión ética es que <b>hay psicoanalistas</b>. Una ética que tiene consecuencias en lo real, o sea se trata de una praxis y como toda praxis la dimensión ética es irreductible.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Por lo tanto, podemos hablar de responsabilidad, de problemas éticos y morales en el campo analítico. La moral es también una dimensión ineludible en tanto es necesario como analistas pensar la dimensión de la ley. Cuál es el origen de la ley? Hay origen de la misma?</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">De hecho y cada vez, en cada caso que abordamos, incluso en cada sesión, nos podemos habilitar para sostener estas preguntas, que son preguntas kantianas:</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Qué se puede hacer?,</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Qué se puede esperar?</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Qué se puede saber?</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Preguntas que más allá del autor podemos considerarlas como propias de nuestro campo, porque nos sirven, porque atañen a nuestra práctica y a sus consecuencias.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Son preguntas que cuando se las intenta responder, las respuesta darán cuenta, en el mejor de los casos, de una ética.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">A su vez, me parece que estas consideraciones sobre RyE , hay que situarlas en un determinado contexto para que en lo posible el efecto metafísico sea mínimo. Me estoy refiriendo a nociones tales como Unidad, Absoluto, Interioridad, Dios.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Las preguntas sobre RyE propongo pensarlas de modo articulado a la pregunta por <u>la comunidad y el lazo social</u>. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Sabemos que Lacan piensa el discurso como una estructura, cuatro lugares enlazados en función de una estricta lógica, son modalidades que asume el lazo social. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Pero ¿qué es un discurso?</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Para Lacan el discurso es un lazo social.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Tendrá que ver con la comunidad, con la cosa pública, con los vínculos entre uno y otros, con la moral ciudadana, con la amistad, con qué tiene que ver? ¿</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Qué tiene de social el lazo social? ¿Por qué esa ligadura es social? </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Hay relación entre dos a través del lazo? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Y por qué la lógica del lazo vendría a dar cuenta de semejante ligadura? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Qué es una masa? Cómo piensa Freud, por ejemplo en “Psicología de las masas y análisis del yo” o en “Totem Y Tabú” o en “El Malestar en la Cultura” la noción de lazo, la noción de comunidad ?</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR"> ¿Cómo se garantiza la cohesión social de una masa?¿Por qué obedecen los ciudadanos? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Por qué la obediencia es el <i>pathos</i> fundamental de la comunidad actual si el malestar llega a niveles de exceso intolerables?</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Podemos pensar en la composición de una masa sin líder, por ejemplo?</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Freud necesitó para pensar su modelo en la función del líder, un líder reducido a un rasgo: por ejemplo, como dice Lacan el Sem XVII y en el XVIII también: está reducido al famoso bigotito de Hitler, rasgo que daba consistencia a esa masa. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Recuerden que en ese artículo Freud introduce una modalidad nueva de identificación y además, Lacan de ahí la noción de Rasgo Unario en el Seminario XVII.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR"> </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El lazo social no es un vínculo, si pensamos a este como algo que reúne a por lo menos dos elementos en un conjunto (pueden ser más elementos). </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Supongamos un conjunto, desde el punto de vista matemático: un límite, que hace de frontera o de borde y que instala, que funda un afuera y un adentro. Dentro del círculo, pongamos elementos a, b, c, d, etc. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Estos elementos que están haciendo un grupo dentro de cierto límite, ¿podría ser un modelo para pensar el lazo social?</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Cuál sería la ligadura entre ellos? La semejanza? ¿Pertenecer a un mismo conjunto? ¿Que todos tengan algo en común, por ejemplo que todos sean letras o números? </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La vecindad, ¿podría ser un criterio? Al menos en matemáticas puede ser un criterio válido. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Podemos armar infinitos conjuntos, incluso tener un conjunto que sea vacío, también es posible. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Ahora la pregunta es por la modalidad de lazo que establecen los elementos entre sí. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Pero este no sería el modelo del cual estamos hablando para situar la lógica del lazo. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Por qué?</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En nuestro campo son relevantes algunos binarios. Algunos de ellos podrían ser entre el significante y lo real, ser y tener, entre deseo y goce, posible e imposible, verdad y saber. También podemos poner en esa serie, porqué no, al binario masculino/femenino. O, la relación sexual en el ser hablante.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Para los chinos por ejemplo, como dice Lacan en el Seminario XVIII, eran importantes el Cielo y la Tierra, dos elementos importantes en esa milenaria sabiduría, como consta en el texto de Meng-Tsu o Mencio, como lo llamaban los jesuitas en China. Podría ser también el Yin y el Yang, los principios macho y hembra, etc. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Cuál sería la estructura en juego? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Podemos postular que se trata de la relación entre Uno y Uno, como mínimo. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">O sea, Uno y Uno, y Uno y Uno, todos Unos susceptibles de establecer una relación con otro Uno. Es eso posible? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Si no hay nada más que Unos, es posible hacer de Dos Uno, tal como postula el discurso de Diótima en el Banquete de Platón, al hablar de los amantes y la búsqueda de su otra mitad, trabaja Lacan para situar la lógica de la transferencia en el Seminario VIII.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Bien, esta es una pregunta fundamental. Cómo es posible un lazo entre Uno y Uno? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es posible la escritura de ese lazo?</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es una pregunta de la clínica, que tiene consecuencias según la lectura que hagamos de ella y cuando hablo de consecuencias, hablo de consecuencias clínicas. No es lo mismo pensar la dimensión del lazo tal como lo hace la corriente sistémica o cognitiva, incluso las neurociencias, no tendría la misma implicancia que pensarlo desde la noción de castración o desde la “la relación sexual no existe o no se puede escribir”.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es posible escribir el lazo que uniría -si es eso posible- al elemento a con el elemento b? </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">La escritura matemática tiene conectivas que hacen posible la escritura de esa relación. Ahora, que se pueda escribir en lógica una relación como función o como oración p . q, p v q, no impide que en lo real sucedan otras cosas.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Vamos a postular que no hay relación entre Uno y Uno salvo por su diferencia.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Eso mismo que los diferencia o los separa es lo que une. Están articulados entre sí porque el lazo es eso que los separa. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es esta una manera un poco a contrapelo del sentido común y de las teorías modernas y actuales del vínculo. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Entonces, lo social no sería una relación, no sería un vínculo entre las personas o entre la gente, vínculo inefable que sin embargo algunas prácticas pueden incluso hasta mensurar, cuantificar, establecer parámetros, etc. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Nosotros postulamos: lo que separa los Unos es lo que los enlaza. Se recata su diferencia y se la preserva porque esa misma diferencia es su articulador. <b>NO es lo que une</b>, es aquello que posibilita la relación misma. No ser-dos -que–hagan-uno es lo que anuda. Por lo tanto la relación se sostendrá en lo que separa, Uno a Uno o Uno por Uno. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Esto es sabido y no lo descubre el psicoanálisis, solo lo formaliza.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Hay otros intentos de formalización del lazo en este sentido en la actual filosofía política –hablo de Giorgio Agamben, de Roberto Espósito, de Slavoj Zizek, de Rorty, de pensadores argentinos como Cristina Corea e Ignacio Lewkowicz, que están en la bibliografía. Todos ellos toman como referencia las modalidades de lazo en la comunidad actual, debate muy presente luego de la caída del muro de Berlín. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es necesario volver a pensar la comunidad, y estos intentos contemporáneos de la filosofía política, advienen nuevos intentos de formalización. Esto también quiere decir que el psicoanálisis entra necesariamente en interlocución con otros saberes y otros campos, o que Lacan ya había anticipado en su debate en la Sorbonne en ocasión del Seminario XVII.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Recordemos que el contexto en el que Lacan introduce la formalización del discurso es un contexto de convulsión social y política, cuando el mismo Lacan sale a debatir con los alumnos de La Sorbonne en las escalinatas sobre la política y la revolución. Como dice Zizek, no es casual que esa revuelta haya sido en la Universidad, dado que según este autor, el nuevo amo hoy tiene que ver con el saber universitario, el saber de los expertos y de los especialistas.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En ese Seminario Lacan habla de política, del pensamiento griego, de religión, de filosofía, de ciencia, de lingüística, etc. Pone en serie al psicoanálisis junto a saberes de una larga tradición, como por ejemplo la filosofía. Entonces, es un intento de Lacan por sacar al psicoanálisis de su estatuto de secta, de hacerlo menos esotérico y abrirlo al debate y a la comunidad. También en esos años, en el texto de la Proposición del 9 de Octubre del 67, propone el psicoanálisis tanto en intensión, dentro de la comunidad analítica o, por fuera de la misma, con la noción de psicoanálisis en extensión. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Recordemos que al Seminario de Lacan, muy numeroso por cierto, iban a “hacer masa” –y Lacan se refiere a la función de l público como un factor de <i>presse</i>, de presión, de presencia inquietante que él usaba como ocasión para sostener su posición casi de analizante, como decía él mismo de sí cuando dictaba sus clases- una nutrida concurrencia, desde psicoanalistas, religiosos, escritores, filósofos, hasta artistas y matemáticos, etc. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">También había entre sus oyentes, estudiantes maoístas que lo acusaban de ser un burgués y a los que Lacan no escatimaba en responder. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Por qué la revuelta se origina en la Universidad y no en los sindicatos, o en la calle con la movilización popular? ¿Por qué una masa de maoístas idealistas revolucionarios encabezan una vanguardia de algo que todavía hay que pensar para dilucidar lo que se jugó en esas instancias?</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR"> Jean-Claude Milner, un lingüista y filósofo amigo del Campo Freudiano, acaba de publicar un libro sobre el tema del mayo francés, se llama “La arrogancia del presente”, donde retoma este acontecimiento, luego de casi 4 décadas, para darle una nueva vuelta de tuerca.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lacan les decía, en público a los estudiantes que pretendían hostigarlo en las escalinatas:</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR"> “Como los histéricos están pidiendo un nuevo amo ¡Lo tendrán!” o, en términos de Nietzsche, es el pasaje de la ética del amo a la moralidad del esclavo. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Acá no hay nada despectivo respecto a la clase obrera, proletarios, indigentes, <i>les èchec </i>como llaman en Francia a los excluidos.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR"> “La revolución es lo que vuelve al mismo lugar” dijo Lacan en este contexto y no sin fundamento. De hecho es lo que ocurrió, un pasaje de la ética del amo a la moral del esclavo en términos de Nietzsche. Asistimos actualmente a la era de la globalización y de la uniformización del discurso y como dice el psicoanalista italiano Antonio Di Ciaccia, se trata de una revolución porque perturbó la relación entre el sujeto y el Otro. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Pero, según mi punto de vista, es una revolución que volvió al mismo punto y después de un giro que condujo al mismo lugar, dado que seguimos en un sistema capitalista que aunque extenuado, sigue siendo el Amo, aunque su semblante sea hoy el saber científico y técnico (es decir la Universidad) comprometido en su devenir con un capitalismo que se encuentra en encrucijadas cruciales, a juzgar por los últimos acontecimientos, políticos, sociales, económicos y bélicos. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lacan en el ´68 entonces, con ese modo de referirse a l revolución, no estuvo errado. Está verificado en la época actual que se trata de un giro para volver al mismo lugar.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es el Seminario más politizado de Lacan y se dedica a pensar justamente el lazo y cuál sería la especificidad del discurso analítico en su relación con estos discursos. Jorge Alemán dice que esta es una muestra de humildad y de ironía por parte de Lacan, situar e incluir en sincronía al psicoanálisis junto a otros discursos. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Ahora bien, de qué se tratan estas estructuras llamadas discursos?</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Estas estructuras tetraédricas que Lacan formalizó, conforman lo que Lacan llama en el Seminario XVII, “un discurso sin palabras”, aparatos formales, concebidos en función de la escritura y que son animados por el uso de la palabra. Eric Laurent dice que son cuatro modalidades de tratamiento de lo imposible.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En su libro “Lacan-Heidegger”, escrito con Sergio Larriera define al discurso como “la modalidad de producción de ciertos enunciados y sus consecuencias”. Es un esqueleto tetra cuya distribución funda en qué cosa, lugares, que son cuatro. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es un esqueleto tetra cuya función está fundada en lugares, que son cuatro. Lugar es una noción de tradición filosófica, topos en griego, tal como lo trabaja Aristóteles en la Física.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El lugar detenta dos posibles estados: vacío/saturado o lleno. A nosotros, para situar bien la noción de estructura, nos interesan ambos estados, dado que si solo consideramos la noción de lugar vacío, tenemos el esqueleto o la estructura misma de los discursos, o sea cuatro lugares que van a ser saturados o llenados por letras. Es decir, los discursos son estructuras en las que se escriben letras. Esto parece una banalidad, pero el matema guarda esa relación con la escritura, con la letra. Recordemos que la ciencia también se maneja con letras. Es la dimensión sumamente importante que le atribuye Lacan al escrito, el matema, necesario para la transmisión del psicoanálisis.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Los discursos son entonces aparatos, dispositivos que nos permiten pensar la operación analítica -Lacan en los últimos Seminarios hablaba de acción analítica. Una cosa es saber, conocer los discursos y otra es usarlos, saber usarlos, pensar la clínica desde ahí, no solo la clínica, sino una modalidad para pensar el lazo social, ya que el discurso es eso, según Lacan, un lazo social.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Luego de una serie de complicadas transformaciones sobre algunas figuras geométricas de tradición pitagórica en sus formas, llega a la resultante de una estructura irreductible de cuatro lugares, lugares que van a quedar saturados, ocupados por letras (a, $, S1 y S2). </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es un esqueleto que marca lugares y estos lugares no son permutables, pero sí las letras. Lo cual indica que hay lo invariante de la estructura, lo invariante de cada uno de los cuatro lugares y las letras, las cuales si van permutando. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El Uno, cada Uno, debe animar con el recurso de la palabra estas modalidades de lazo. Cada uno de los discursos cuya matriz fundacional procede del Discurso Amo que Lacan situaba como el Discurso del Inconsciente, cada uno de ellos responde a una modalidad subjetiva según el lugar que ocupa cada letra en la estructura.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">A los discursos que Lacan formalizó y que ya todos conocemos, el del Amo, el de la Universidad, el de la Histérica y el del Analista agrega otro, que es una “pequeña modificación” introducida en la escritura del discurso del Amo, que es el discurso Capitalista. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es, como lo señala Lacan, producto de una “pequeña modificación” que altera el lugar de los matemas $ y S1, donde el primero, el $ queda colocado en el lugar del semblante (o agente) y el S1 en el lugar de la Verdad. </span></div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVhE6Vak3Yx6veSDoP8obdM6w9OtAYBJC6CkHZPOML9UcXo1tl0AUCzHyHG1K6mCX2Zf1YXfy-h-vyMy7ZUf4LK2aa9hUPjRVbSx4ss1fhJ6y22Ma3Yii8hngQmfUS5d_aYwn80xayhfBa/s1600/discursos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="249" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVhE6Vak3Yx6veSDoP8obdM6w9OtAYBJC6CkHZPOML9UcXo1tl0AUCzHyHG1K6mCX2Zf1YXfy-h-vyMy7ZUf4LK2aa9hUPjRVbSx4ss1fhJ6y22Ma3Yii8hngQmfUS5d_aYwn80xayhfBa/s320/discursos.jpg" width="320" /></a></div><br />
<span lang="ES-AR">La verdad tiene que ver con la existencia del sujeto. Si la verdad queda reducida a un saber habría la posibilidad de una garantía para la existencia del sujeto. Esto es imposible, porque ya vamos a ver de qué verdad hablamos en relación a la ciencia. Cómo trata la ciencia la dimensión de la verdad?</span> <br />
<div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En este lugar, en la estructura, la verdad existe, es un hecho.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El discurso del amo es un discurso sin el cual los otros no existiría.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Dice Zizek que “el gesto del amo es el gesto fundacional de todo lazo social”.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">S1 es una marca, de la operación de la Represión Primaria, o rasgo Unario, como lee Lacan en Freud en “Psicología de las Masas”. El S1 es el rasgo o marca que testimonia el impacto del lenguaje en el cuerpo del viviente.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">El lugar de la verdad. La verdad material, la verdad psicológica, la verdad formalizada de la ciencia.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">En el D de la Ciencia queda elidido el goce del sujeto. En el D de la Técnica (D del Amo) queda elidido el Sujeto. En el D Capitalista, la Verdad queda determinada por el imperio del $ que pasa a ocupar el lugar dominante. La Verdad queda articulada en una especie de lazo sin fin, donde queda determinada por los otros lugares. En los otros discursos, es un lugar que guarda una relación de imposibilidad con el lugar del Producción, si bien incide en los otros, pero ella misma en tanto lugar nunca es condicionada por los otros lugares. Ver la dirección de los vectores...</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Hay otros dos discursos que no aparecen formalizados, pero que están implicados en la consideración de los que estamos tratando: el de la Ciencia y el de la Técnica, pero que podemos poner en consonancia con los discursos de la Histérica y el discurso del Amo, respectivamente.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Lo que está en juego en estas consideraciones sobre los discursos y en la introducción del capitalismo, la Ciencia y la Técnica como el contexto en el que el psicoanálisis debe existir en la época actual, es el futuro del psicoanálisis. En ese sentido, Alemán dice que se trata de “el estallido de todos los lazos sociales… Entonces hasta dónde es posible sostener la existencia del psicoanálisis en la época de la razón actual?”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Alemán insiste en que eliminado el sujeto y el goce se produce la devastación del paisaje humano.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Cuando Alemán habla de la Razón Actual, se refiere a la primacía de la razón científico -técnica y su estrecha ligazón con el capitalismo y la circulación sin medida, del artefacto técnico que queda asociada a la función del plus de goce. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">De todos modos, es importante no perder de vista la pregunta. Cuál es la razón actual? Cuál es el lugar de la ciencia en la subjetividad moderna, cuales son sus determinaciones. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Zizek en el libro “Violencia en acto”, Cap. 4, “La dominación, hoy: del amo a la universidad”, sostiene que el nuevo amo es el saber universitario:</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">“El amo moderno está justificado por su saber experto: uno no es amo por nacimiento o por mera investidura simbólica: más bien debe convertirse en amo por educación y calificación; en este sentido simple y literal, el poder moderno es saber, está basado en el saber. El pasaje del discurso del amo al discurso de la universidad significa que el Estado mismo emerge como nuevo amo, el Estado por el saber calificado de la burocracia”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Más adelante agrega:</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">“El discurso de la universidad como discurso hegemónico de la modernidad tiene dos formas de existencia en las cuales su tensión interna (“contradicción”) está externalizada: el capitalismo, su lógica del exceso integrado, del sistema que se reproduce mediante una constante autorrevolución y el totalitarismo burocrático, que está conceptualizado en diferentes formas como el dominio de la tecnología, de la razón instrumental, de la biopolítica, en tanto ´mundo administrado”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">¿Cómo se rompe el círculo vicioso que se instaló, de mutua implicación, entre capitalismo y dominancia del saber universitario según la apreciación de Zizek o el círculo plusvalía-plus de goce a través del brillo de los artefactos técnicos? Tiene el psicoanálisis alguna injerencia en esta lógica, puede incidir en esa reproducción sin límite sin que implique una posición antitecnicista o anticientificista de retorno a una pacífica vida de aldea?</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Zizek no es para nada pesimista en este punto a diferencia de Freud, que era más bien pesimista en relación al imperio del goce en su inercia hacia el mal (Malestar en la Cultura). Zizek plantea que estamos enfrentados a nuevos desafíos y arrojados a la necesidad de la invención de nuevos recursos que rescaten la dimensión de cierta dignidad humana: </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">“El hecho de que la situación parezca catastrófica es, pues, un signo positivo, un signo cierto tipo de progreso: hoy somos mucho más sensibles a cosas que también sucedían en épocas precedentes.”</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Pero, sin embargo, la salida puede entrañar “violencia”, como dice Zizek. No es una salida pacífica. Acá nuevamente nos encontramos con el atolladero freudiano de “El malestar en la cultura”.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Es el impero dela razón hobbesiana? Es la consagración de la ruptura del contrato social de Rousseau? Cómo evitar “el estallido de los lazos sociales”, como dice Alemán o el mero estallido violento de las comunidades que ya están organizadas como tales alrededor del modo de producción capitalista o post-capitalista inclusive, con el imperio casi absoluto del saber de los expertos, de la técnica, de la ciencia? </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Cómo pensar el psicoanálisis en este contexto, época en que este discurso promueve como respuesta casi única y privilegiada el cuerpo como acontecimiento? Estamos viviendo un mundo de siglas (no un siglo de manos como pretendía Rimbaud): TOC, ADD, TCC, etc. Siglas y letras que aplastan y rechazan al sujeto forcluyéndolo. Es la primacía del sujeto de la ciencia, una dimensión formalizada de la verdad y expresada en letras, fórmulas, algoritmos, funciones, programas de software ultra sofisticados y donde la experiencia del parlettre queda ocultada por el experimento de laboratorio o las demostraciones matemáticas. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">De todos modos, en esa higiénica arquitectura de la devastación técnica, la palabra pervive como un fósil parasitario cuya función es imposible de reintegrar a la razón dominante. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">Queda excluida. Pero el malestar pervive, es decir es invariante y estructural de la cultura.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-AR">No obstante, la angustia se sitúa en las fisuras de ese bazar global y transparente de la pura ciencia y de la tecnología. La pulsión que, por estructura es indomesticable siempre inventa sus propias modalidades de compensación y resarcimiento (muy bien dilucidado por Freud), no es posible arrasarla, aunque sea esa la pretensión (“La naranja mecánica”)</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-515431703992887685.post-81023338107263648402010-07-28T08:26:00.000-07:002010-07-28T08:26:52.456-07:00Una nueva recomendación: "Entre los muros"<div>Les quería recomendar la pelicula <em>Entre les murs</em>, que trata de la situación -crítica por cierto- de la escuela francesa con una población multiétnica.</div><div>Creo que las situaciones que muestra el film pueden ser de nuestro interés.</div><div>La pelicula es del director de otra muy buena que ya tiene unos años,<em> Recursos Humanos,</em> ¿se acuerdan?</div><div>Les copio dos links, uno donde se puede ver el trailer de la peli y el otro link es de una página española que describe al director, a los actores</div><div>y personajes.</div><div> </div><div><a href="http://videos.lanacion.com.ar/video8770-trailer-de-entre-los-muros" target="_blank">http://videos.lanacion.com.ar/video8770-trailer-de-entre-los-muros</a></div><div> </div><div><a href="http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/temaslaclase.htm" target="_blank">http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/temaslaclase.htm</a></div><div> </div><div>Julio </div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-515431703992887685.post-91589888634444736602010-07-26T04:39:00.000-07:002010-07-26T04:39:53.154-07:00Artículo RecomendadoAquí va el link de la nota recomendada por Julio Riveros<br />
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/6329-1157-2010-07-18.htmlUnknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-515431703992887685.post-42538742609407211562010-05-18T14:39:00.000-07:002010-05-18T14:39:19.814-07:00ProgramaEl objetivo es situar el lazo social y el discurso como fundantes de la sociedad civil. Su relación con la función del Estado. Supuestos y consecuencias del proyecto tecno – científico. De qué modo se inscribe el acto moral en la época actual. Instalación del discurso universitario como instancia del capitalismo, el amo moderno y la tramitación del goce. El desfondamiento institucional. ¿Hay una salida del atolladero al que conduce el discurso contemporáneo?<br />
<br />
<strong>I </strong><br />
<strong>El problema ético en el nudo de la discusión filosófica. La ética en el Psicoanálisis.</strong> <br />
Bibliografía:<br />
Miller, J.A.: La ética en Psicoanálisis.<br />
García, J: Niestzche y la ética del Psicoanálisis.<br />
Bibliografía complementaria:<br />
Heidegger, M: El ser y el tiempo.<br />
Niestzche, F: Así habló Zaratustra.<br />
Niestzche, F: Más allá del Bien y el Mal.<br />
<br />
<strong>II</strong><br />
<strong>La comunidad civil y el lazo social como fundamento. Los discursos. </strong><br />
<strong>Discurso del amo. Discurso capitalista. Discurso universitario.</strong><br />
<strong>¿Qué es un campo?</strong><br />
Bibliografía:<br />
Freud: Psicología de las masas y análisis del yo.<br />
Lacan: Seminario XVII,<br />
Laurent: Lacan y los discursos.<br />
Agamben, Giorigio: Lo que queda de Auschwitz<br />
Bibliografía complementaria:<br />
Espósito, Roberto: "Comunitas"<br />
Zizek: "La suspensión política de la ética"<br />
<br />
<strong>III</strong><br />
<strong>El discurso capitalista y la hipermodernidad. El imperativo de goce y el niño generalizado. Efectos de la temporalidad del consumo.</strong><br />
Bibliografía<br />
Alemán - Larriera: Lacan: Heidegger.<br />
Ons, Silvia: "Violencia/s"<br />
Bibliografía complementaria: <br />
Miller, J.A.: El Otro que no existe y sus comités de ética.<br />
Regnasco, J: El imperio sin centro.<br />
<br />
<strong>IV</strong><br />
<strong>Responsabilidad y moral. El malestar en la era de la fluidez. </strong><br />
<strong>El inconsciente, la ley, el acto moral. La vergüenza.</strong><br />
Bibliografía:<br />
Freud, S.: "El principio económico del masoquismo"<br />
Freud, S.: "El malestar en la cultura"<br />
Freud, S.: "La responsabilidad moral por el contenido de los sueños".<br />
Lacan, J.: "Kant con Sade"<br />
Ons, Silvia: "Violencia/s"<br />
Sinatra, Ernesto: "El toxicómano es un sinvergüenza"<br />
Bibliografía complementaria:<br />
Lewkowicz, Ignacio: "Pensar sin estado"<br />
Zizek, S: "Violencia en acto"<br />
<br />
<strong>V</strong><br />
<strong>El proyecto científico tecnológico moderno. Supuestos éticos y consecuencias en el sujeto. Su articulación con el capitalismo.</strong><br />
Bibliografía<br />
Alemán - Larriera: Lacan: Heidegger.<br />
Heidegger, M: La época de la imagen del mundo.<br />
Heidegger, M: La pregunta por la técnica.<br />
Bibliografía complementaria: <br />
Miller, J.A.: El Otro que no existe y sus comités de ética.<br />
Regnasco, J: Crítica de la razón expansiva.<br />
<br />
<strong>VI</strong><br />
<strong>El desfondamiento de las instituciones. Niñez, escuela, familia, padre. </strong><br />
<strong>La pedagogía del aburrido. Qué transmite la escuela hoy?</strong><br />
Bibliografía:<br />
Lewkowicz, Ignacio: "Exclusión, explotación, expulsión"<br />
Aleman, Jorge: "Lacan y el debate posmoderno"<br />
Aleman, Jorge: "La experiencia del fin"<br />
Aleman, Jorge: "Kafka: ante la ley"<br />
Lewkowicz, Ignacio y Corea, Cristina: "Pedagogía del aburrido"<br />
Bibliografía complementaria:<br />
Foucault, Michel: "Los cuerpos dóciles"<br />
J-A Miller: "El Otro que no existe y sus comités de ética"<br />
<br />
<strong>VII</strong><br />
<strong>Implicancias éticas de las TCC y la intervención psiquiátrica. La evaluación. El síntoma analítico y el psiquiátrico. La política del Psicoanálisis.</strong><br />
Bibliografía<br />
Laurent, E: Blog – notes: psicopatía de la evaluación.<br />
Miller, J. A: Las buenas noticias del progreso.<br />
Miller, J. A: La respuesta del psicoanálisis a las terapias cognitivo-conductuales (TCC)<br />
<br />
<strong>VIII</strong><br />
<strong>La ética y lo trágico. Ética del sujeto y estatuto del inconsciente. </strong><br />
<strong>Etica y silencio. La invención como posición ética.</strong><br />
Bibliografía:<br />
Lacan J: Seminarios VII y XI<br />
Heidegger, Martin: "Serenidad"<br />
Heidegger, Martin: "Construir, habitar"<br />
Belaga, Guillermo: "El síntoma como una metáfora del arte"<br />
Bibliografía complementaria:<br />
Ariel, Alejandro: "El estilo y el acto"<br />
Nietzsche, F: "El origen de la tragedia"<br />
<br />
<strong><em>Docentes: Julio Riveros y Juan José García</em></strong>Unknownnoreply@blogger.com2